Un Final Inesperado

IX

Aún hace año y medio atrás...

Al destino no le bastó con hacerlo el salvador del mundo mágico, tampoco con hacerlo el enemigo número uno del mayor psicópata del último siglo, y mucho menos con matarle a la mitad de sus seres queridos. No. Tenía que joderlo justo cuando creía que todo sería pacífico.

Bueno quizá estaba siendo muy pesimista, al final Malfoy y él no acabaron en tan malos términos.

La última vez que lo vio fue en los juzgados cuando fue a salvarle el culo a él y a sus padres -aunque Lucius no se salvó de 3 años de prisión-. Y algo que ronda constantemente en su cabeza es la última mirada que se dieron, cada uno al extremo de un pasillo, una mirada que ya había visto en muchas ocasiones pero está vez no estaban en peligro de muerte y era diferente ya que iba acompañada de una sonrisa que en su vida había admirado, incluso a pesar de la distancia alcanzó a notar un brillo en sus ojos plateados.

No entendía porque pero cuando eso ocurrió lo invadió una satisfacción inigualable.

Y ahora se encontraba 4 años después al lado de su ¿enemigo? ¿conocido? ¿compañero?, bueno el punto es que eran cualquier cosa menos amigos.

Vio como el rubio entro a la sala y tomo asiento al lado de él, no vestía el uniforme de inefable si no que iba de un elegante traje negro.

– Malfoy, ¿qué tal la misión?

– Todo un éxito señor– contesto con naturalidad pero el azabache pudo ver por el rabillo de su ojo que estaba tenso, el rubio tomo la bebida frente a él y se la terminó de un trago.

– Excelente– dijo LaCroix entusiasmado– Le estaba contando al señor Potter acerca de la misión que te comenté el otro día, creo que olvide comentarte que vas a ser su compañero– pudo ver una mueca la cual el rubio oculto rápidamente.

– Si, me parece que se saltó ese pequeño detalle.

– Lo bueno es que conoces a detalle el caso así que pueden retirarse y comenzar a organizarse.

El hombre con el gris bigote y la blanca sonrisa parecía ser ajeno a la tensión e incomodidad que rondaba entre los otros dos. Ambos se pusieron de pie y salieron en silencio de la oficina, una vez estuvieron afuera siguieron con la caminata sin rumbo pero Harry se tuvo que detener al ver que Malfoy detuvo su paso.

Quedaron cara a cara y un silencio incómodo se instaló.

– Bueno...que gusto verte luego de mucho tiempo– dijo Harry para romper la tensión.

– Mira Potter no tengo tiempo para eso ahorita, estoy cansado, mañana a las 7 am en mi oficina– en cuanto el rubio dijo eso dió la vuelta y se fue por el elevador.

Por la mala cara, Harry dedujo que al final si sería difícil trabajar con él, empezando por el hecho de que no tenía ni idea donde estaba su oficina.

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Al final no fue tan malo como Harry pensaba.

Bueno quizá si al principio, llegó a las 8 am hasta su oficina ya que se quedó dormido y no sabía dónde se encontraba está, Draco estuvo de muy mal humor, solo le respondía de manera tajante y le daba malas miradas; en cambio al segundo día el azabache hizo todo por llegar temprano y se dió cuenta que, teniéndolo en buen ánimo, no era tan mala compañía.

Y en un abrir y cerrar de ojos habían transcurrido más de dos meses y medio, en los cuales reunían contactos y asistían a lugares donde había posibles sospechosos, al igual que terminaron haciendo papeleo juntos.