Un Final Inesperado

XIV

Primer día en Londres...

En cuanto llegaron a la ciudad ambos sintieron un golpe de nostalgia, pero el tener la compañía del otro ayudo a amortiguar esos malos recuerdos.

Harry lo llevo hasta Grimmauld Place ofreciéndole quedarse y evidentemente acepto, cuando llegaron un amable y entusiasta elfo los recibió.

Después fueron al ministerio para arreglar asuntos, Harry quizo mostrarle su antigua y ahora nueva oficina.

– Para ser tú, es horrible este lugar– dijo mirando de arriba a abajo la oficina.

– Bueno quizá si necesite una remodelación.

– Necesita más que una remodelación, parece que alguien murió aquí, aunque el espacio es bueno.

– Y tú vas a ayudarme con eso, ¿verdad?– dijo tomándolo del rostro y sonriéndole intentando convencerlo.

– Oh no, no va a funcionar, yo no vine a ser tu decorador.

– Vamos, tu buen gusto seguro revive este lugar– ahora se acercó un poco más y peino un mechón que caía por su frente. Draco dejo escapar una pequeña risa.

– Bien bien, te ayudaré– Harry lo miro victorioso– No sé que harías sin mí.

– Ni yo– intento besarlo pero Draco fue más rápido y se aparto con una sonrisita.

– Tengo que irme, lo siento ser inefable no es tan sencillo como ser auror– el azabache solo entorno los ojos divertido.

– Si claro, seguro es complicado resolver el aburrido papeleo que dejamos los aurores– ahora Harry reía y Draco lo miraba con falsa indignación.

– Parare aquí porque seguro no te quieres quedar soltero en tu primer día en Londres– tomo su maletín, unos papeles y se puso su abrigo asegurándose de mantenerse impecable– Me voy que tengo que hablar con él vendedor del lugar y seguro ya vienen tus amiguitos– le robó un fugaz beso que hizo sonrojar a su novio– Nos vemos en casa.

– De acuerdo– contesto aún más sonriente.

Salió de la oficina muy feliz y con una gran sonrisa en su rostro que no intento ocultar ya que aseguraba que nadie lo vio salir con cara de enamorado de la oficina de Harry, pero se equivocaba.

       __________________________________

Día en el Callejón Diagon...

Caminaba a paso apresurado, empujaba gente mientras pasaba pero no le importaba.

Siguió el mismo camino por el que vio irse a Draco pero no lo veía por ningún lado. De vez en cuando se paraba a mitad de la calle y se elevaba poniéndose de puntas buscándolo pero no había ni un rastro de él.

Aún continuaban en el los nervios que le causaron ver a Hermione y más estando con el rubio, seguro ahora sospechaba algo.

De repente alguien lo tomo de la chaqueta y lo jaló hacia una calle sola y oscura, empujándolo hasta una fría pared. Estuvo a punto de sacar su varita cuando se percató de quién era.

– ¿Draco?¿Enserio?.

– ¿Q-Qué?– dijo aún un poco aturdido.

– Me llamaste Draco frente a ellos.

– Yo no...oh– estaba tan nervioso que ni siquiera había notado las palabras que habían salido de su boca.

– No creí que quisieras contárselos tan pronto.

– No, aún no les he contado mucho– Harry se sintió mal al ver cómo la risita de Draco se transformaba a una pequeña mueca de desepción, pero todos sus pensamientos fueron callados cuando el rubio lo tomo de su chaqueta y lo beso.