Capítulo XXII: El Baile de Navidad

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- Me estoy estresando, todo tiene que salir perfecto y ni siquiera han llegado las esculturas de hielo.- dice Julie sentándose en una de las sillas que hay alrededor de las mesas.

- Tranquila, todo va a salir bien.- intenta calmarla Adriana.

- No puedo tranquilizarme si todavía falta colgar todo del techo y terminar los centros de mesa.-

- Quedan más de 5 horas para que tengamos que ir a vestirnos y maquillarnos.- Adriana se sienta a su lado.

- Entonces vamos a colocar las mesas a los lados del gimnasio para dejar espacio para la pista de baile y hacemos los centros de mesa.-

Cuando terminan, todo queda muy blanco y azul pastel haciendo que resalte el rojo de los trajes que llevarán los alumnos. Del techo cuelgan estalactitas y copos de nieve de plástico transparente. La luz de los focos azules atraviesan la decoración haciendo que reflejen ese color.

Unas cortinas blancas cubren las paredes del gimnasio dejando libre la puerta y cuatro ventanas falsas de cartón al fondo del pabellón que simulan las vidrieras de un palacio de hielo.

Las mesas, blancas y redondas, están colocadas en línea a los lados de la pista de baile. Un ramo de flores blancas y copos de nieve decoran las mesas.

- Me acaban de llamar diciendo que ya han llegado, están en la entrada del instituto.- dice Julie aliviada.

- ¿Lo ves? Todo iba a ir sobre ruedas.- contesta Adriana sonriendo.

Todo está nevado fuera y hace frío. Una manta blanca cubre el pueblo pero ya no hay nadie por la calle porque está anocheciendo. Solo hay una camioneta blanca aparcada delante del instituto con las puertas del maletero abiertas.

Dos personas con grandes abrigos bajan unas cajas pesadas de la camioneta y las dos chicas les ayudan a meterlas dentro.

- Ya está todo, nos vemos aquí a las seis y media.- dice Julie satisfecha.

- Vale.- contesta su amiga sonriendo.

• • •

- ¿Te he dicho ya lo bien que te queda ese vestido?-  pregunta Harry abrazando a Alice por detrás mientras se mira al espejo. La chica de cabello oscuro viste un vestido rojo vivo largo y ajustado con una abertura en el lateral que llega al muslo.

- Si, lo llevas diciendo toda la tarde.- contesta la chica estirando las arrugas de su vestido.

Harry sonríe con picardía y besa lentamente el cuello de Alice. La chica de pelo oscuro jadea al sentir el calor de la mano de Harry meterse por la abertura de su vestido. El tacto de la mano en su muslo es suave y delicado pero hace que las piernas de Alice se debiliten y tiemblen.

- Harry...- susurra la chica.

- ¿Quieres que siga?- la voz de Harry es dulce a comparación de su aspecto cuando Alice le mira al espejo.

Todavía no ha terminado de vestirse, no lleva camiseta por lo que sus tatuajes están al descubierto. Su pelo mojado y desordenado cae sobre su frente.

Alice tan solo tiene la suficiente fuerza como para asentir con la cabeza. Al ver ese gesto a través del espejo, Harry, sube más su mano levantando el vestido. Alice suelta un gemido mudo.

Harry sonríe con los labios pegados al cuello de Alice y dirige su mano hasta dentro de la ropa interior de la chica.

- No sé si eres consciente de que el baile va a empezar dentro de nada...- susurra la chica jadeando.

- El Baile de Navidad es el baile más aburrido, solo es una cena y los alumnos bailamos canciones horribles. No pasa nada porque lleguemos tarde.- bufa el chico de ojos verdes.

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