Capítulo 11

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OJOS EN BLANCO


Andrés

Tenía la errónea idea de que, todo lo que habíamos planeado Aitana y yo, se iba a ser realidad

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Tenía la errónea idea de que, todo lo que habíamos planeado Aitana y yo, se iba a ser realidad. Planeamos todo, al pie de la letra. Y, cuando finalmente creemos que se nos va a cumplir nuestro sueño más grande, sucede esto. En este momento no puedo pensar en algo más que no sea Aitana, aunque, es algo que sucede muy seguido.

Verla llorar, verla destruida, me rompe el corazón en pedazos. Me hace sentir culpable porque no puedo protegerla, no puedo evitarle este dolor tan grande que ella siente en su corazón.

—Por favor, es preferible que la dejen descansar. Le hemos suministrado un sedante y dormirá al menos por unas horas. — explica la doctora — Sr. Cha-min, acompáñeme a mi oficina, necesitamos hablar del tratamiento. —

—Quiero estar presente, y estoy seguro de que mis padres también. ¿Podemos esperarlos? — pregunta Angel.

—Por supuesto, señor. — dice la doctora con una leve sonrisa — En cuanto lleguen sus padres, vayan a mi oficina, les estaré esperando. Con permiso. —

—Propio. — murmura Angel.

Me froto el puente de la nariz con frustración.

—Vamos, Andrés. Dejemos descansar a Aitana. —

Miro a mi esposa antes de seguir a Angel fuera, juntos vamos a la sala de estar, donde ya están todos. Mis suegros, mis padres, y todos nuestros amigos. No saludo a nadie, solo me siento en el primer banco que encuentro y todos caminan hacia nosotros.

—¿Qué le sucedió a Aitana? — pregunta Alan.

—¿Mi hija está bien? — pregunta ahora mi suegra.

Todos hacen preguntas al unísono mientras yo solo siento que mi cabeza explotará en cualquier momento.

—Por favor, hagan silencio. Andrés no está bien y necesita paz ahora. En cuanto a mi hermana, los estudios no salieron tan bien como hubiésemos deseado. Aitana... Aitana tiene fibromas uterinos bastante avanzado y necesita seguir un tratamiento al pie de la letra. Justo ahora está descansando y, mamá, papá, Andrés y yo, vamos a hablar con la doctora para hablar sobre el tratamiento. Todos pueden seguir en sus cosas, no haremos nada estando todos juntos aquí. — habla mi cuñado rápidamente.

—Lo siento, Se-yeon, pero no estaré en paz estando en mi trabajo mientras Aitana sufre aquí. Necesito estar cerca de ella, así sea en el pasillo, sala de espera o lo que sea. — dice Lee.

—Opino lo mismo, Aitana es como una hermana, Angel. No podemos abandonarla. — habla ahora David.

—Así es, cariño, no nos apartaremos de aquí. — pronuncia Julia.

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