Capítulo 3

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VARIOS POLLITOS

Aitana

A la mañana siguiente, al despertar me encuentro entre los brazos de Cha-min, mi lugar favorito en el mundo

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A la mañana siguiente, al despertar me encuentro entre los brazos de Cha-min, mi lugar favorito en el mundo.

Intento levantarme pero mi novio pone resistencia, al voltear me encuentro con sus ojos, esos ojos que durante todos estos años me han gustado, y mucho.

Bueno, en realidad, Min en general. Andrés Cha-min tiene un atractivo de un puto dios griego, y no miento. Mi prometido es alto, mide 1.90, sí, es enorme. Tiene músculos, es bastante fuerte, este siempre dice que eso es de familia, pero a veces, se pasa hasta horas en el gym que tiene en su casa. Tez blanca. Su rostro parece tallado por los mismos ángeles. Tiene unos ojazos marrones claros, de infarto. Su hermoso pelo es color azabache y abundante.  Y tiene alguno que otro tatuaje que lo hace ver aun más interesante. En fin, Min debería ser considerado una maravilla del mundo, y no solo lo digo porque sea mi novio.

— Buenos días, cariño. — dice Cha-min.

— Buenos días, amor. — ambos sonreímos.

En cuanto a mí; mido exactamente 1.64, exacto, Min es enorme a mi lado. Yo soy delgada y también tengo lo mío, más bien, soy hermosa, sí, tengo el autoestima por el piso... obvio que por el último piso del rascacielos más alto de Dubái. Bueno, continuando, mi cuerpo es perfecto, también hago ejercicio para mantenerme en forma. Mi rostro no tiene una sola arruga, ni acné, trato de cuidarme lo más que puedo. Mi tez es bronceada, naturalmente. Mis ojos son café oscuros y mi pelo es marrón un poco más debajo de los hombros. Y sí, yo también debería ser considerada una maravilla del mundo.

Ambos nos levantamos y tras yo cepillarme los dientes, bajo a la cocina para preparar el desayuno. En cuanto termino, preparo la mesa y subo a buscar a Cha-min a la habitación y lo encuentro hablando por teléfono.

— Sí, cancela todo lo que tenga hoy. No, dile que no iré a la oficina y que no insista con eso. Gracias. — tras decir esto, cuelga y me mira — Cancelé todo en la oficina para poder acompañarte al médico, ya le hablé también a una ginecóloga. — dice con una sonrisa, también sonrío.

— Gracias, también llamaré a la oficina, pero antes, vamos a desayunar. —

Ambos bajamos tomados de la mano hasta el comedor y nos disponemos a desayunar en silencio. En cuanto termino, tomo mi celular y llamo a mi secretaria.

— Buenos días, oficina de la abogada Se-yeon. —

— Buenos días, soy yo. Por favor, cancela todo lo que tenga para hoy y déjalo para mañana, hoy tengo cosas importantes que atender y no podré asistir a la oficina. Encárgate también de comunicárselo al señor Park. —

— Por supuesto, Se-yeon. —

— Gracias. — tras decir esto, cuelgo — Listo, ahora me daré una ducha para ir al hospital. — sonrío y subo a mi habitación.

Ser tu mamáDonde viven las historias. Descúbrelo ahora