Capítulo 2

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¿POSITIVO? ¿NEGATIVO?

Aitana

Para terminar la noche, Cha-min y yo vamos frente al colegio seguido de todos, nos despedimos y nos subimos a su auto

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Para terminar la noche, Cha-min y yo vamos frente al colegio seguido de todos, nos despedimos y nos subimos a su auto.

— ¿A dónde iremos ahora, Min? — pregunto con cierta curiosidad.

Él me mira.

— A la última parada de la noche. — dice con una grata sonrisa.

Ambos sonreímos y mi prometido pone en marcha su auto. Minutos después llegamos a su casa. Cha-min me abre la puerta y me ayuda a bajar del auto.

Luego vamos del brazo hasta la entrada, entramos y tras cerrar la puerta mi novio me eleva entre sus brazos sin previo aviso, provocando que me espante y que un grito ahogado salga de mi garganta, ambos reímos y posteriormente subimos a su habitación entre risas.

Abre la puerta y en cuanto veo hacia adentro, mi boca se abre con sorpresa. Está tal y como la primera vez que hicimos el amor. Mi loco amor me deja en el suelo y miro todo asombrada.

— Mi amor, esto es maravilloso. — le digo antes de absorber mi nariz de la manera menos delicada.

— Pensé que te gustaría recordar, tal y como yo. Me las ingenié para que todo quedará tal como nuestra primera vez, brujita. — sonríe, sonrío.

— Todo está perfecto e idéntico,Min. — digo emocionada.

Camino hasta llegar a su lado nuevamente y lo abrazo y beso.

— Gracias, esta ha sido la mejor noche del mundo. — le digo con una gran sonrisa.

— Gracias a ti por todo, brujita, me haces el hombre más feliz del universo. — sonríe.

Finalmente, para sellar con broche de oro la noche, hacemos el amor con adoración y devoción. De una forma que solo puedo sentir con mi novio, aunque, solo lo he sentido con él, ya que jamás he estado con otro hombre y él tampoco ha estado con otra mujer.

Se debe a los tantos años que tenemos juntos y tampoco hemos tenido la necesidad de estar con otras personas, en el otro encontramos todo lo que buscamos y es más que suficiente. Lo es todo.

Tras una larga noche en los que ambos unimos nuestros cuerpos, nuestros labios y nuestras almas, quedo dormida entre sus brazos.

(...)

A la mañana siguiente, al despertar me encuentro en el mejor lugar del mundo, mi lugar favorito, los brazos de mi novio, ahora prometido.

Al acostumbrarme a la poca luz de la habitación, decido levantarme con cuidado, quiero al menos hacerle algo de desayunar a mi novio. Pero, en cuanto logro salir de la cama, Cha-min vuelve a acostarme en ella.

— ¡Cha-min! — lo regaño.

Mi amor me tiene inmovilizada, con ambas manos agarradas sobre mi cabeza.

Ser tu mamáDonde viven las historias. Descúbrelo ahora