Capítulo 13

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TORRE BABEL

Aitana

Camino apresuradamente por los pasillos del recinto, ¡Vaya que he echado de menos mi oficina! Hoy por fin, después de un largo tiempo, ha llegado el momento de regresar a mi trabajo

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Camino apresuradamente por los pasillos del recinto, ¡Vaya que he echado de menos mi oficina! Hoy por fin, después de un largo tiempo, ha llegado el momento de regresar a mi trabajo. Ha pasado un mes desde que me diagnosticaron los fibromas y un mes desde que comencé el tratamiento.

Por ahora todo marcha como lo esperado y por ello por fin puedo regresar al trabajo.

Al llegar al frente de mi oficina me siento confundida al no encontrar a mi asistente y amiga; Blanca, es bastante extraño. A pesar de sentirme confundida voy directo a mi oficina y en cuanto pongo un pie en ella, Blanca, David y Chloe y Gabriella saltan de sus escondites gritando un potente "SORPRESA".

Me espanto y me tambaleo, pero me mantengo firme, joder. Verdaderamente me han asustado.

—Bienvenida a la oficina, amiga. — pronuncia Chloe envolviéndome en sus brazos.

—Bienvenida. — dice ahora Gabriella.

Y lo mismo hace Blanca.

El último en acercarse es David, quien me envuelve en un caluroso abrazo.

—No sabes cuánto te he echado de menos, bienvenida una vez más, Aitana. —

Lo abrazo y al separarnos los observo a todos sonriente.

—Gracias en verdad a los cuatro, no saben lo feliz que me hacen. — les sonrío.

—Feliz nos hace que estés de vuelta, amiga. — dice Chloe sonriente.

Les sonrío.

—Ahora, a trabajar que hay mucho por hacer. Aitana, necesitamos hablar sobre un importante caso del que quiero que te ocupes. — pronuncia David.

Asiento y en cuanto las chicas salen ambos nos sentamos en el sillón de mi oficina uno al lado del otro.

—Cuéntame, estoy ansiosa por regresar al ruedo. —

—Lo sé, Aitana, y es por ello que de regalo de bienvenida te he preparado un importante caso. — dice sonriente, este toma una carpeta de encima de la mesa del centro que no había notado hasta ahora y me la entrega —Ábrelo y mira por ti misma lo que te espera. —

Sonrío y abro la carpeta expectante. En cuanto leo el nombre, mi boca se abre con sorpresa.

—Dime que no estoy soñando. — pronuncio con obvia sorpresa.

—Es totalmente real. — enuncia con una enorme sonrisa.

—El caso de Babel es algo que he esperado por mucho tiempo y me lo estás dando a mí. — artículo.

—Obviamente, te lo mereces. —

—¿Me lo estás dando porque estoy enferma? — cuestiono fingiendo indignación.

Ser tu mamáDonde viven las historias. Descúbrelo ahora