Capítulo 20: Lágrimas

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Hermione leyó los malditos párrafos otra vez, parpadeando para quitar las lágrimas que emborronaban las palabras y le quemaban los ojos. Se centró en uno de las fotografías, reconociendo a los Finch-Fletchleys, los padres de Justin, de cuando los había visto una vez en King Cross hace algunos años.

Levantó la barbilla y le dio una mirada de súplica a McGonagall. ''¿Está Justin...''

''Está vivo'' explicó la directora rápidamente. ''Estaba visitando a sus abuelos cuando sucedió''.

'Pobre Justin'' susurró triste, tragándose un sollozo. ''Debe estar d-devastado''.

Sus ojos empañados se movieron hacia las otras tres fotografías; cada una de ellas protagonizada por un matrimonio con sonrisas radiantes como recordatorio de como fueron alguna vez. Los ocho adultos habían sido asesinados en la semana entre navidad y año nuevo, todos mostraban signos de tortura antes de que la maldición asesina fuera usada para silenciar sus gritos. No estaba familiarizada con los nombres, pero conocía bien sus historias.

''Todos son padres de nacidos de Muggles, ¿es así?'' preguntó tristemente, sabiendo ya la respuesta.

''Sí'' asintió McGonagall, y Hermione no pudo recordaba haber visto a la otra bruja tan agitada nunca. ''La residencia de los Creevey también fue allanada, pero afortunadamente estaban fuera del país'.

Los ojos de Hermione cayeron hasta las dos últimas imágenes; dos chicos, no mayores de quince años, que habían asistido a la escuela de magia, en Bryn Glas, Escocia. Una lágrima se deslizó por su mejilla mientras estudiaba sus rostros jóvenes y sintió que la pena le invadía el pecho. Torturados y asesinados, como sus padres.

''Son tan jóvenes'' murmuró. ''Demasiado jóvenes''.

''Lo sé'' suspiró McGonagall, posando una mano confortante en la espalda de su estudiante. ''Los mortífagos se están volviendo más activos''.

''Entonces nosotros debería ser más activos'' Hermione forzó la determinación en su voz. ''Deberíamos estar haciendo planes...''

''Solo hay un plan que deseo discutir contigo en este momento'' la interrumpió, de alguna manera algo incómoda. ''El plan que me mencionaste cuando volviste a Hogwarts''.

''Te refieres a hacerles a mis padres un Obliviate y hacerles dejar el país'' aclaró con un tono engañosamente uniforme, apartándose las lágrimas con las manos temblorosas. ''Sí, lo recuerdo''.

McGonagall hizo una mueca. ''Hermione...''

''Siempre quisieron ir a Australia'' comentó distante. ''Creo que estarían a salvo allí''.

''Sé que esto no es fácil para ti'' frunció el ceño la otra bruja. ''Pero me temo que las cosas se están poniendo peores''.

''Esperaba no llegar a esto'' confesó Hermione abatida, rindiéndose al montón de lágrimas que deslizándose por sus párpados. ''Me refiero.... Ya sé que es la opción más sensata y segura para todos, pero es... es duro''.

''Sé que lo es'' dijo gentilmente la directora, dándole un apretón simpático a su hombro mientras la abrazaba. ''A lo mejor sería mejor si lo hiciera yo...''

''NO'' discutió firmemente. ''No, debo ser yo la que lo haga. Son mis padres''. Dudó y se mordió el labio. ''Mi madre y mi padre''.

''Entonces haré todo lo que pueda para ayudar'' prometió McGonagall, soltando a la joven bruja y dándole una mirada de disculpa. ''Lo siento, Hermione, pero sería prudente hacerlo lo antes posible''.

Hermione se tragó el bulto en la garganta y forzó algo de estabilidad en su postura. ''¿Cómo de pronto?''

''Mañana'' dijo con voz tensa. ''Por la mañana temprano; antes de que salga el sol. Pensé en ir esta noche, pero creo que es mejor que tengas algo de tiempo para preparar el hechizo... y a ti misma. ¿Estás segura que eres lo suficientemente hábil con los hechizos de memoria?''

ISOLATION | Dramione - TraducidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora