Tras el fracaso de su matrimonio, Kim Seokjin ha manejado pulcramente su franquicia de hoteles. Sin embargo, desde aquel suceso ha sido colocado en una posición complicada ante los ojos de los demás.
Por su parte, Kim Taehyung es un chico positivo...
Desde el momento en que Jung Chaerin cruzó la puerta de su oficina, Seokjin sabía que nada bueno podía salir de esa reunión. Especialmente con las recientes publicaciones de la prensa.
Era por eso, que sentados frente a frente, reunió todas sus fuerzas para no huir de ahí. Quería dejar de escucharla hablar, que lo dejara en paz. Que por una vez no se metieran en su vida para tratar de moldearla a su antojo.
—Sabias muy bien, cuando firmaste el divorcio, que uno de los acuerdos era no crear ningún escándalo —soltó con desprecio la mujer—. No puedo soportar que un miembro de esta familia esté revoloteando como una celebridad barata en un artículo de noticias.
—Con todo respeto, Señora Jung, pero este no es un escándalo —contestó Seokjin—. Solo me reuní a comer con una persona a la que conozco. Los medios sacaron todo de contexto.
Con una sonrisa cínica, Chaerin colocó con brusquedad el sobre que había guardado con recelo en su regazo hasta ese momento. Sacó su contenido, mostrando primeramente el currículo y la carta presentación de Taehyung, posteriormente fotografías de él y su familia, de su cafetería y de su día a día.
Seokjin las observó una a una. Un chico común, viviendo su vida sin saber que estaba siendo espiado por uno de los grupos más influyentes del país. De alguna manera le hizo sentir un golpe de culpa en su interior.
Esperó en silencio a que Chaerin le explicara lo que pretendía al armar este intimidante momento con él.
—Un miembro del Grupo Jung no puede convertirse en una fuente de chismes, y es justo lo que hiciste, Seokjin —la rabia en sus ojos podría hacer encoger a cualquiera, pero no a él—. Eres una vergüenza para nuestra organización.
—Ya no soy miembro del Grupo Jung —expresó claro y sin ganas de dar más argumentos—. No entiendo cuál es la necesidad de hacer todo esto.
La risa que soltó la mujer ocasionó en Seokjin un estrago de molestia. Estaba harto de que aquella mujer se apareciera en su oficina con actitud prepotente.
—Me parece que tienes una idea muy equivocada, querido. Un divorcio no corta la relación entre ambas familias. Sabes que tu padre está donde está gracias a mi.
Seokjin desvió la mirada. Se quedaría callado todo el tiempo que fuera necesario, para que la señora se marchara y dejara de decir cosas sin sentido.
Para que dejara de involucrar a otros en sus retorcidos movimientos.
—Haz que renuncie o me encargaré de él yo misma —pronunció finalmente firme. Poniéndose de pie y tratando de intimidarlo caminó hasta la puerta—. Es de tu conocimiento que un escándalo más te hará perder todos tus derechos.
Con un suspiro la vio irse. Llevándose con ella gran parte de la esperanza que Taehyung había sembrado cuidadosamente en él.
💫
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
