12

969 131 1
                                    

Seokjin estaba sentado en el escenario de madera que se encontraba al fondo del salón. Le había dicho a Taehyung que lo vería en 30 minutos, aunque en cuanto recibió el mensaje decidió escaparse de su oficina y esperarlo. Ojalá no llegara antes porque entonces luciría como un ansioso.

En realidad, si estaba ansioso. Deseaba volver a verlo, besarlo y tocarlo, pero los recientes enfrentamientos con Hoseok le estaban calando profundo.

Hoseok era lo más cercano a un amigo, habían estudiado juntos y ahora trabajaba para él. Tenían todo un camino recorrido al lado del otro, pues cuando nadie había confiado en Seokjin para levantar el hotel, Hoseok había estado ahí apoyándolo y siendo un gran soporte para él.

Por eso, no dejaba de darle vueltas al asunto. Hoseok había sido muy claro y en más de una ocasión le había dejado en claro que tenía que alejarse de Taehyung. Y para ser sincero, él también lo había pensado. Llevaba pensándolo desde su primer encuentro.

Sin embargo, no podía. Taehyung tenía algo que lo atraía con fuerza hacia él y lo hacía olvidarse de todo cuando estaban juntos. No importaba cuánto tratara de evitarlo, terminarían cruzándose y caería ante él.

Justo como iba a ocurrir en ese momento.

Taehyung entró sigiloso al salón, con una cajita blanca en sus manos y una mirada curiosa que recorría cada esquina del lugar hasta dar con su objetivo.

Con un precioso gesto adornando su cara, llegó hasta él, sentándose a su lado y siendo completamente ignorante a la mirada lasciva del mayor.

—¡Feliz cumpleaños! —celebró extendiéndole la cajita. Seokjin se descolocó un poco y observó la caja con confusión, sin tomarla. No recordaba haberle dicho cuando era su cumpleaños. Un intenso silencio comenzó a envolverlos conforme pasaban los segundos

—¿Quizá crucé un límite? —preguntó arrugando su nariz. Se sintió inquieto ante su expresión perdida—. No tiene que aceptarlo si no quiere, los regalos no deseados son una carga y no deseo incomodarlo.

Con eso, Seokjin pareció salir de su trance y tomó la caja antes de que la retirara. Pasaron unos segundos antes de que aclarara su garganta y preguntara:

—¿Cómo supiste que era mi cumpleaños?

—El subgerente Byun no dejaba de hablar de eso, el resto de mis compañeros dijo que a usted no le gustaba celebrarlo, pero quise obsequiarle esto, como un agradecimiento.

—¿Un agradecimiento? —Seokjin ladeó la cabeza tratando de encontrar sentido a sus palabras.

—Un agradecimiento por existir.

Taehyung tenía un poder para hacerlo sentir emociones con impetuosidad. Estaba seguro que sus mejillas estaban completamente rojas.

Con una sonrisa tranquila, Taehyung desvió su mirada al techo y Seokjin se tomó el atrevimiento de observar su perfil, delineando con lentitud su mandíbula y la forma en que su cuello se estiraba.

—Desconozco las razones por las que no le guste festejarlo, pero me pareció importante hacerle saber que para mi es importante y que su inicio y permanencia en este mundo es algo que agradeceré con todo mi corazón.

Las manos, ahora más seguras de Seokjin, abrieron la caja con cuidado, encontrándose con un pequeño pastel sencillo y con un delicioso olor a vainilla y chocolate.

Le gustaba como la presencia y las cosas que tenían que ver con Taehyung era tan sencillas pero con una capacidad gigante de encender sus sentidos.

—Muchas gracias —pronunció finalmente con una sonrisa, agrandando la del contrario—. Este es el mejor cumpleaños que he tenido en mucho tiempo.

Aquello hizo sentir al menor una calidez en su interior. Sabía que la vida de Jin no era nada fácil y por el tiempo que había estado junto a él, también sabía que tenia más momentos de aflicción qué momentos de felicidad, por lo que lograr al menos una pequeña sonrisa lo consideraba como una gran victoria.

—Debería irme, no quiero que mis compañeros piensen que estoy evadiendo mi trabajo.

Seokjin no estaba listo para dejarlo ir, por lo que al verlo ponerse de pie dejó el pastel a un lado, lo tomó de la muñeca y lo guió hacia él, tratando de que sus labios encontrarán una vez más el camino a los del otro.

Lo besó con tranquilidad y suavidad. Eliminando todos los pensamientos sobre hacerlo una última vez; él quería seguir besándolo por mucho tiempo, quería seguir disfrutando del dulce baile que hacían sus labios cada vez que se encontraban.

La tarima donde estaba sentado era alta, pero se las arregló para jalar a Taehyung hasta tenerlo sentado sobre su regazo y poder quitarle el saco sin dejar de besarlo, justo como había imaginado desde que lo vio entrar al salón.

Estaba fascinado con lo dócil que reaccionaba a su toque. Quería continuar desabotonando su camisa, pero un recordatorio del lugar en donde estaban lo hizo detenerse con un jadeo frustrado. 

Si un rumor de citas no era lo suficiente para escandalizar a sus empleados, un vistazo de él en medio de un faje con uno de sus empleado si causaría un gran revuelo.

—Lo siento —murmuró tras dejar un beso en su mejilla—, por dejarme llevar.

Taehyung pasó sus manos al rededor de su cuello y sonrió tan amplio como un niño lo haría al recibir un nuevo regalo.

—Me gusta cuando se deja llevar —confesó buscando su mirada—. En realidad, me gustan todas sus facetas.

—Tu también me gustas, Taehyung —soltó por primera vez, como si fuera un secreto para el menor, como si él mismo no se delatara cada vez que estaban juntos.

💫

💫

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

💕

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

💕

A Sweeter Place | Jintae AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora