Capítulo #21 Boston (pt3)

861 75 6
                                    

"Cada que estoy cerca de ti
pierdo el control,
mi cuerpo se mantiene rígido
pero el pulso es tan acelerado
que de tenerte a cinco centímetros,
estaría temblando por completo".

POV DANIELA

Está mañana no estaba pintando buena para mí. Me sentía cansada y enfadada a la vez.
No había podido dormir anoche, me agobie un poco tras pasar toda la tarde de ayer trabajando en ese proyecto y luego la inesperada visita de Laura en la oficina, en cierta parte podría decir qué me alegré que María José se olvidara por completo de ella, pero no puede evitar recodar el pasado, cuando fueron varias las ocasiones en las que yo me quedaba en casa esperando a que ella llegara.

La asiste de Maria José me había echo pasar un mal rato al tratar de evitar que pasara a la oficina de ella para esperarla. Era evidente que esa chica sentía mucho más que admiración por María José. Sentí un poco de lástima de la pobre chica mientras la observaba como organizaba unos papales en el escritorio.

—Buenos días señora— dijo la chicha alzando su vista al notar la llegada de María José a su oficina.

Note como María José al entrar empezó a buscarme con la mirada, encontrándome recargada sobre el sofá con un vaso de whisky en mis manos.

—Gracias Claribel, puede retirarse—dijo a su asistente, sin siquiera responderle el saludo de buenos días.

—Soy yo o cómo qué esa chica tiene gran adoración por ti— dije una vez estando a solas.

—Creí qué considerabas está hora demasiado temprano para beber— respondía ella recargandose sobre el escritorio

—Se qué no te molesta haya tomado un poco— dije levantándome del sofá.

—Me molestaría el hecho de que no estuvieras consiente en tus 5 sentidos. Te recuerdo qué tenemos una reunión y no es bueno dar una mala imagen— su actitud era fría.

—Tranquila. Sólo he tomado un poco. Ya que tu adorada asistente no me estaba permitiendo la entrada, le he tenido que dejar en claro ciertas cosas—

—Tiene la orden estricta qué no entre cualquier persona mientras yo no lo autorice— dijo cruzando sus brazos.

—Ese es el pequeño detalle— respondí acercándome mientras tomaba un trago de whisky —Qué yo no soy cualquier persona—susurre a escasa distancia de ella  —Aquí soy una Accionista más— no pude evitar bajar mi mirada hacia la boca de María José.

—Accionista por minoría— respondió ella bajando sus brazos —Te recuerdo que la socia mayoritaria aquí, soy yo—

—Disculpe Señora. El señor Padilla ya se encuentra aquí— se escucho decir por el altavoz a su secretaria.

—Me permites— dijo ella para que le permitiera moverse de lugar —Debo atender a este cliente mientras llega Paula—

Di un suspiro pesado tras la interrupción de su secretaria.

—Puede pasar— le respondió a su secretaria, mientras yo dejaba el vaso y ella se acomodaba en el escritorio

—Cuando estés lista para irnos, me buscas en mi oficina— dije antes de salir de su oficina —Estaré revisando unas cosas—

Que inoportuna pueden ser algunas personas, pensé tras la interrupción de la secretaria de María José.

Dios! Estuve tan cerca de ella y sus labios.

Espere en mi oficina cómo por media hora, cuando María José pasó a buscarme para irnos a Boston. Ya estaba todo listo. Tal cómo lo había comentado el día de ayer, nos iríamos juntas en su auto. Claro, su chófer nos acompañaba, pero no podía evitar pensar en la idea de qué tal vez esté pequeño viaje sería bueno para ambas. Estaríamos a solas en otra ciudad, sin la presencia de nadie más, aunque sólo sea por un día.

¿Tú? De Nuevo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora