Capítulo #22 Camino

873 86 13
                                    

No puedo estar sin ti,
no quiero estar contigo,
ya lo he intentado...

—Te admiro— decía Daniela a María José —Admiro cómo has podido llevar bajo control toda la situación del día de hoy, pero ambas sabemos qué te estás arriesgando demasiado—

María José permaneció mirando atravez de la ventana de su auto, al escuchar hablar a Daniela. Se encontraban ya de regreso, tras finalizar la reunión con el Señor Richard.

—La vida te enseña en qué ocasiones debes de arriesgarte aún así las cosas no pinten a tu favor— respondió sin voltear a verla —La misma vida también me ha enseñado qué en este trabajo hay que encontrar siempre la forma en cómo afrontar las situaciones, sabes— dijo volteando a ver a Daniela —No es fácil el lograr posicionar una empresa tú sola, mucho menos una empresa qué la dirigen únicamente mujeres. He tenido que lidiar durante este tiempo con cada tipo de hombres, que piensan que por el simple hecho de ser mujer no podrás realizar un buen proyecto, pero la misma vida me ha permitido también el poder demostrarle a todos esos empresarios lo cuán equivocados que han llegado a estar—

—El posicionamiento con el que cuenta la consultora sólo habla del gran trabajo que has realizado— dijo Daniela poniendo su mano sobre la mano de María José —Sé qué Paula y en su momento Lauren te ayudaron con ello, pero es tu esfuerzo y dedicación en lo que haces, lo que te ha dado ese reconocimiento tanto a ti cómo a la consultora—

—Paula y Lauren han sido de gran apoyo, sin su ayuda y compromiso, yo no lo hubiera logrado sola— respondió María José mirando cómo la mano de Daniela permanecía sobre la de ella

—Yo sé qué sí lo hubieras hecho, ibas a encontrar la manera de hacerlo— Daniela empezó a acariciar la mano de María José

—Gracias a ti también— dijo volteando a verla de nuevo —Gracias a tu apoyo el día de hoy es qué no perdí la cabeza y explote contra Richard—

—Bueno, yo en tu lugar creo que hubiera explado. Tanto contra Richard y con Martín. Que le verdad parecía estar más del lado de él que de nosotras—

—Ni me recuerdes a Martín en estos momentos. Qué me encuentro molesta con él por la actitud que mostró en toda la reunión. Y pensar qué aún debo soportarlo unos años más en lo que termina el plazo de nuestro contrato— dijo casi murmurando para ella

Daniela permaneció en silencio, evitando seguir hablando de Martín. Cuando sentieron cómo el auto perdía velocidad.

—Ocurre algo?— preguntó María José a su chófer haciendo que Daniela retirara de su mano

—Al parecer se está presentando una falla Señora. Me bajaré a revisar lo que ocurre— dijo el chófer al detener el auto.

El hombre procedió a revisar lo que ocurría, percatándose cuál era la falla.

—Necesitamos pedir ayuda— dijo Antonio —No podemos continuar avanzando en el auto—

—Ayuda, pero a quién? Estamos casi en medio de la nada— respondió María José —Los servicios de grúa con los que contamos son de Manhattan Antonio—

—Losé Señora— le respondió el hombre —Hace unos kilómetros atrás, pasamos un pequeño poblado, podría caminar hasta haya y buscar ayuda—

—Cree qué es buena idea?— le cuestionó Daniela —Ya casi oscurece y...—

—Y nosotras estaremos bien esperando aquí— le dijo Maria José —Vaya a buscar ayuda Antonio, mientras yo intentaré hacer una llamada para ver quién puede ayudarnos—

¿Tú? De Nuevo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora