La condena anticipada - EL final de los tiempos (CA 3) ¡¡¡TERMINADO!!!

La ultima sonrisa

La espada de Balthazar choca contra la espada de Sebastian, el choque de espadas, suena aquí y allá. Ellos comienzan a enfrentarse a una velocidad increíble.

Estoy por decir algo, cuando me percato de que Julian también se acerca hacia nosotros, esta vez es Evan quien se interpone en su camino.

— No voy a permitir que te acerques a ella

— descuida - responde Julián sonriendo — en cuanto termine contigo, seguirá ella.

— Evan, Balthazar, Sebastián...

Estoy por acercarme a ellos cuando todos gritan al unísono, "NO LO HAGAS"

— tu único oponente es él

— No te preocupes por nosotros – dice Evan mientras lanza un cumulo de energía hacia Julian quien la esquiva y nuevamente arremete contra Evan

— Lo sé – respondo mirando a Gisli quien sonríe y se acerca a toda velocidad hacia mí.

En cuanto está lo suficientemente cerca, intento usar mi magia de hechicera, muevo las manos para intentar atraparlo en un cumulo de rocas y tierra, pero el intento resulta inútil.

— Los poderes de la hechicería provienen de la vida que existe en la tierra, ese poder no puede pertenecerle al dios de la muerte.

Mientras dice esto, él lanza el ataque que yo pretendía utilizar en su contra, doy un salto y me elevo por los cielos, pero de pronto siento un enorme peso que me hace descender casi al instante.

— Lo mismo que sucede con la tierra, sucede en el cielo – dice mientras intenta atacarme, y yo esquivo el golpe a duras penas — solo puedes volar por los cielos si el dios de la vida te lo permite

Se coloca nuevamente a mi lado, esta vez mi reacción es un instante mas lenta y termino siendo lanzada lejos, con las fuerzas que me quedan detengo el impulso.

— ¿Sabes?... deberías rendirte

— No puedo permitir eso – respondo mientras me pongo en pie.

— ¿Por qué? ¿Por qué otros te lo piden?... ¿Por qué alguien quiere que exista un equilibrio?

Gisli se acerca lentamente hacia mí.

— Somos dioses, nosotros decidimos, ríndete y démosle paso a un mundo donde la muerte no exista, donde no tengas que despedirte de los que amas nunca, un mundo donde nada cambie y todo siga igual por siempre

— Yo no quiero un mundo así

Respondo mientras arremeto nuevamente contra Gisli, lanzando el poder que aun me queda.

— Si no hay cambios, si no hay muerte, la vida seria muy aburrida.

— La vida seria perfecta

Mientras dice esto, coloca sus manos alrededor de mi cuello.

— Si eso es lo que crees te voy a mostrar que lo que dices no es verdad.

Gisli extiende sus manos hacia los que están peleando frente a nosotros

— Espera

— Despídete de ellos.

— ¡¡No!!

Gisli da un golpe sobre la tierra, yo intento crear una barrera protectora entre Eva, Sebastián y Balthazar, pero no lo logro a tiempo.

Veo como Evan y Balthazar caen de rodillas, Evan toca su pecho y Balthazar simplemente gira su rostro hacia mí. El sufrimiento en su rostro es evidente, la vida esta dejando su cuerpo, justo cuando parecen estar en un grado inigualable de dolor veo como Sebastián se acerca y entierra su espada en sus cuerpos, primero a Balthazar y después a Evan.

— No voy a permitir que obtengas estas almas – dice Sebastian mientras aparta su espada cubierta de sangre – estas almas le pertenecen a la diosa de la muerte.

Los ojos de Evan y Balthazar pierden toda la luz que hay en ellos, pero casi al instante siento su energía ser atraída hacia mí, puedo sentir el alma de Evan y la de Balthazar fluyendo a través de mí. Ellos están a salvo, ellos siguen junto a mí.

El rostro de Gisli se llena de odio, mira a Sebastian y comienza a gritar.

— Ellos le pertenecen a ella, pero tu... tu solo me perteneces a mí.

— No más – dice Sebastián colocando el filo de su espada sobre su cuello – nunca más le temeré a la muerte.

Justo antes de atravesar su cuello con la hoja de su espada Sebastián me regala una sonrisa idéntica a aquella que mi mejor amigo me ofreció alguna vez.