LOVER BOY━━ BUCKY BARNES.

t h r e e. lover boy

Ann Wembley se encontraba recostada sobre el suave colchón de su cama mirando un punto fijo en el techo. No había podido pegar el ojo en toda la noche y esto gracias a la emoción que le causaba la salida con James. Domingo era el día que marcaba el calendario colgado en su pared, respiró profundamente y lentamente soltó el aire, esperando que con esta acción cualquier sentimiento de nerviosísimo saliera de su cuerpo.

Solo era una salida como las que tenía con Steve, nada del otro mundo.

Miró el pequeño reloj rectangular sobre su mesa de noche: 9:30 AM. Buena hora para comenzar a arreglarse.

Con pesadez, se levantó de su cama y tomó su bata de baño dispuesta a entrar a la ducha. Al salir, tomó unos pantalones negros y una blusa blanca. Se vistió tranquila pues sabía que Thomas no podría reprenderla por su vestimenta pues su plan era salir más temprano de lo habitual. Cepillo su cabello dejándolo perfectamente lacio, su forma natural, se colocó bastante perfume y terminó poniéndose el calzado. Eligió unas botas negras que Alice y Tomas odiaban pero ella amaba. Cepillo sus dientes y estaba lista.

Con gran velocidad, bajo hacia la sala, donde se sentó junto a la ventana dispuesta a esperar impacientemente a que James llegara. Faltaban unos cuantos minutos para la hora de encuentro que habían acordado, Ann no dejaba de morderse las uñas con nerviosismo pues Alice no tardaba en bajar a preparar el desayuno y Ann lo que menos deseaba era que su madre se viera cara a cara con James, temía la reacción de esta y no podía arriesgarse a perder la oportunidad de salir con otro chico que no fuera Steve. 

Desde la ventana, vio como James iba llegando y de inmediato se puso de pie y salió a su encuentro, colocó su dedo índice y pronunció un bajo "shh" sobre los labios del chico, quien arqueó una ceja ante tal comportamiento.

— ¡Ya llegó Steve, madre!— gritó desde la puerta.— Llegó a la hora de la comida, te quiero.— dio un portazo y tomó la mano de James obligándolo a caminar rápido.

Cuando se encontraban ya a una distancia considerable de su hogar, Ann reguló su paso y miró apenada a James, quien se aguantaba las ganas de pegar una carcajada. Todo esto había sido extraño para el, lindo, pero extraño.

— Perdón.— se disculpó.— de verdad lamento que hayas tenido que ver eso. Es solo... no lo entenderías.

— ¡Bah!, no pasa nada. Soy igual de sobreprotector con mi hermana.— se encogió de hombros restándole importancia.— Son para ti.— le entrego un ramo de rosas. Ann ni siquiera había notado que lo traía gracias a todo el apuro.— Perdón que no te las haya entregado desde un principio, no hubo tiempo.— bromeó.

La chica lo miró con incredulidad, se llevó una mano a la boca mientras lo miraba encantada. Ningún hombre le había obsequiado rosas antes, ni siquiera su padre. ¿Como se supone que debía reaccionar ante tal gesto sin parecer una perdedora?

— ¿No es una broma?— preguntó con inocencia.— ¡están muy lindas!— tomó el ramo.— No te hubieras molestado, muchas gracias, James.— se acercó a este y deposito un beso en su mejilla.

James se sonrojó.

— Me alegra que te hayan gustado.— su tono denotaba nerviosismo.— Me imagino que no haz desayunado.— Ann negó con la cabeza mientras una gran sonrisa salía de su boca, no podía parar de mirar las rosas.—Bien, conozco una cafetería que vende un pastel de chocolate maravilloso.— tomó la mano de Ann y la guió hasta su destino.

Ambos ordenaron su desayuno y comenzaron a charlar para conocerse mejor.

— ¿Entonces tu padre es británico?— preguntó él, Ann asintió.