t w e n t y t w o. we did it!

3K 417 859
                                    

Respiro profundamente antes de decidirse en por fin abrir las puertas de su balcón, su corazón latía con rapidez mientras que a su vez, sus piernas temblaban como gelatina, había pasado un año bastante largo desde la última vez que ambos se habían visto, se sentía como la primera vez.

Al abrir, sus sospechas no fallaron, realmente estaba ahí, James había vuelto después de mucho tiempo. Sus miradas se conectaron y fue cuestión de segundos para que ambos corrieran a los brazos del otro, estrujándose con fuerza. El chico enterró su rostro en el cuello de su amada, quien pudo sentir como una sonrisa se formaba en el rostro de este, ¿cómo podía estar tan feliz? Si tan solo en cuestión de horas se llevaría acabo la ceremonia que la ataría de por vida a un hombre al que no amaba.

¿Cómo podía irradiar esa felicidad si posiblemente esa sería la última vez que se verían?

— Lo logré, mi vida.— sintió como las lágrimas inundaban sus ojos amenazantes con salir ante cada palabra que decía.— Logré juntar el dinero.— eran lágrimas de felicidad y de orgullo, finalmente podría tener a su lado a la chica que amaba sin impedimento alguno.— Por fin logré juntar el dinero suficiente, Annie. Vendrás a vivir conmigo y esa estúpida boda no va a celebrarse.

Ann no podía creer lo que escuchaban sus oídos, ¿acaso le había entendido bien?

— Te prometí siempre cuidar de ti, y eso haré, prometo que nada te hará falta.

— ¿A dónde iremos?— la emoción la invadía por completo, pero no podía dejarse llevar por el momento, tenía que pensar con la cabeza fría, pues no quería hacerse falsas ilusiones. 

— Vendrás a casa con nosotros, solo será un tiempo, yo te prometo que en un año tú tendrás tu propia casa porque yo te la compraré.— acuno el rostro de la chica en sus manos depositando un beso fugaz en la punta de nariz.

— ¿Y tú madre?— debía de descartar cualquier oposición antes de hacerse ilusiones.

— Ya está al tanto de la situación y está con nosotros. No te preocupes por eso, mi cielo, eres bien recibida en mi casa.— esta vez besó su frente.

— James, no quiero que te sientas atado a mí solamente por mi desafortunada vida. ¿Estás seguro de esto que estás haciendo?— preguntó insegura.

El irse a vivir juntos ya era un compromiso mucho mayor que un simple noviazgo.

— ¡Dios mío, Ann! ¡Nada más no te pido matrimonio en estos momentos porque te estoy viendo con vestido de novia y eso es de mala suerte! ¿Qué acaso no te das cuenta?— una enorme sonrisa se había formado en el rostro del chico.

— ¿De qué cosa?

— De todo lo que me haces sentir, ¡estoy más que enamorado de ti, Ann Wembley! ¿Qué si estoy seguro? ¡Solo mírame! Estoy aquí intentando impedir tu boda para que tú puedas ser solo mía.— la tomó por la cintura y se unió a ella en un apasionado beso, buscando así, transmitirle todos sus sentimientos y no dejarle ninguna duda sobre su amor por ella.

— ¡Entonces deja empaco mis cosas!— James la detuvo.

— Se que lo deseas tanto como yo, pero por favor, esperemos hasta el día de la boda, de verdad deseo que lo dejes plantado enfrente de todos.— suplicó.

— He esperado ya un año completo para este momento. Puedo esperar tres días más.— James nuevamente la tomó por la cintura elevándola unos cuantos centímetros sobre el suelo y comenzó a dar vueltas con ella.

No podía ocultar la felicidad que sentía de saber que había podido cumplir su promesa, no le había fallado y eso era motivo para sentirse orgulloso consigo mismo.

Los días pasaron mucho más rápido de lo imaginado. El día de la boda había llegado y el rostro de los padres de Ann demostraban una felicidad enorme, y como no, si estaban a escasas horas de volverse ricos gracias a la fortuna del futuro esposo de su hija.

Alice se encargaba de peinar a Ann mientras que una de sus tías se encargaba de maquillarla. La rubia se encontraba con los nervios a flote pues, solo ella y James sabían lo que pasaría durante la misa. Solo deseaba que todo saliera de acuerdo a lo planeado.

Una vez lista, bajaron hasta la sala encontrándose con Thomas, quien las esperaba impaciente. Al mirar a Ann vestida de esa forma, una gran sonrisa se escapó de su boca.

— Me volverás el hombre más rico de Brooklyn, finalmente serviste de algo.— extrañamente la abrazo. La chica sonrió ampliamente mientras palmeaba su espalda con lentitud.

Al llegar a la iglesia, se encontró con varios rostros que no reconocía, tal parecía que su madre se había encargado de invitar a media ciudad. Busco con la mirada a Steve o Sarah pero no había rastro de ambos, tal parecía que habían tomado la decisión de no asistir, cosa que agradecía, pues de alguna forma lo tomaba como una señal de apoyo.

Los invitados se adentraron en el gran recinto, quedando fuera únicamente Victor y Ann, quienes esperarían la señal para comenzar con la típica marcha nupcial. Ann tomó del brazo a su prometido y comenzó con la caminata hasta el Padre encargado de unirlos. Pudo mirar de reojo a su madre, quien derramaba ya algunas lágrimas de felicidad, rodó los ojos fastidiada de tanta falsedad.

El cura, comenzó a hablar y tras una larga charla y explicación sobre qué era el matrimonio ante los ojos de Dios, finalmente dijo las palabras que de verdad importaban. Ann sintió como se formaba un nudo en su garganta mientras que un fuerte dolor estomacal la invadía, clara señal de nerviosismo extremo.

— Victor Miller, ¿aceptas a Ann Wembley como tu futura esposa? En la salud y la enfermedad, en la riqueza y la pobreza, hasta que la muerte los separe.

— Acepto.— respondió sin dudar.

— Ann Wembley, ¿aceptas a Victor como tú futuro esposo? En la salud y la enfermedad, en la riqueza y la pobreza hasta que la muerte los separe.

— ¿De verdad creíste que te saldrías con la tuya?— se dirigió hacia su prometido.— ¿De verdad creyeron todos que esta mierda sucedería? Es una lástima, tanto dinero tirado a la basura en una boda que no será realizada, en fin, disfruta de tu fiesta y tu luna de miel, solo...— remarcó esta última.— Así como siempre estarás, porque no, está demás decirlo, pero mi respuesta es; No acepto.

Con ambas manos, alzó su vestido permitiéndose así misma correr directo hacia la salida de aquella iglesia.

— ¡Ann Wembley, regresa ahora mismo!— le llamo su madre completamente enfadada. 

La rubia ignoró por completo la orden, al contrario, le respondió mostrándole su dedo corazón siguiendo su camino. Al salir, se detuvo un momento para quitarse las zapatillas y poder bajar las escaleras sin problema de caer, pudo ver a lo lejos como Steve bajaba del auto para abrir la puerta trasera del auto y agilizar la escapada. Pudo escuchar los gritos de su padre detrás de ella quien corría intentando alcanzarla, pero no lo logró.

Ann se lanzó dentro del auto y Rogers se encargó de cerrar la puerta, se montó nuevamente con rapidez dentro de la unidad y fue James quien aceleró derrapando llantas. A lo lejos pudieron ver como Thomas caía torpemente de las escaleras y el trío comenzó a reír a carcajadas. Finalmente se alejaron del lugar.

— ¡No puedo creer que lo hicimos!— expresó completamente emocionada. Abrazó a cada uno desde el asiento trasero y suspiró aliviada.

— ¡Lo hicimos!— exclamaron los tres al unísono.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Oct 11 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

LOVER BOY━━ BUCKY BARNES.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora