LOVER BOY━━ BUCKY BARNES.

e i g h t e e n. sweetheart

Los días pasaron y Marzo llegó acompañado de la gran primavera, el jardín de Ann se veía con más vida que nunca, pues ahora era jardinera de tiempo completo y gracias a la estación del año presente, sus flores crecían hermosas.

El cumpleaños de James estaba próximo, y Ann lo sabía, se había encargado de pedirle a Steve que le consiguiera un regalo para este ya que ella no podía salir por sí misma a comprarlo, esto gracias a que aún seguía castigada. Pensó en comprar un pastel, pero al igual que James, optó por hornearlo ella misma, aunque tendría que hacerlo a escondidas, pues sus padres no podían saber que aun mantenía contacto con Barnes.

Por otro lado, James se había estado matando en el trabajo los últimos días, no tenía tiempo para casi nada, entraba a las cinco de la mañana y salía a las siete u ocho de la noche, dedicaba dos horas y media de su vida para visitar a Ann y llegaba a su casa solo para dormir. No podía quejarse, estaba ganando increíblemente bien, le alcanzaba para solventar sus gastos, darle dinero a su madre, y, poco a poco iba amueblando lo que sería el cuarto de Ann, apenas llevaba el armario y la base de cama, pero al menos ya llevaba un avance, además, se dedicaba a ahorrar una parte de su salario para así en un futuro poder solventar los gastos de Wembley.

El chico se encontraba profundamente dormido cuando su alarma comenzó a sonar estrepitosamente despertándolo de golpe. No se acostumbraba al sonido y mucho menos a madrugar, le costaba mucho poder despegarse de la cama, pero se obligaba a hacerlo.

"Hazlo por ella."

Era la frase que se repetía todas las mañanas antes de irse a trabajar.

Termino de arreglarse y bajo hasta la cocina en busca de algo rápido para desayunar, ahí se encontró con su madre y su hermana, quienes tenían un pequeño pastel con veinte velas, ambas al mirarlo comenzaron a cantarle el feliz cumpleaños, James mantenía una sonrisa de oreja a oreja completamente enternecido por la acción de su familia. Abrazo fuertemente a ambas y tras despedirse unas diez veces salió dispuesto a enfrentar otro largo día de trabajo.

El día pasó increíblemente lento, sus compañeros de trabajo se habían encargado de hacerle una pequeña celebración y James agradeció el detalle, sin embargo, no podía dejar de mirar el reloj en su muñeca, deseando que este marcará las siete para poder salir e irse directo a casa de Ann.

— ¡Hey! Hicimos todo esto y pareciera que tú no quieres estar aquí.— apareció Mía detrás de él. Una compañera de trabajo.

— No es eso, disculpa, no quiero verme mal agradecido, valoro mucho el detalle, es solo que si, bueno, deseo estar en otro lado.— sonrió ligeramente al recordar a Ann.

— Claro que lo deseas, a nadie le gusta estar en el trabajo.

— Me sorprende que lo digas, eres la que menos carga de trabajo recibe.

— Ser sobrina del jefe tiene sus ventajas.— se encogió de hombros divertida.— ¿Tienes algún plan para hoy? No sé, p-podríamos ir a un bar con los demás.— comenzó a balbucear nerviosa.

— No, lo siento, tengo planes ya.

— Ya veo...— lo examinó con la mirada un par de segundos.— Tienes novia.— James asintió.

No sabía con exactitud la relación que llevaba con Ann Wembley, pero definitivamente el cuento de amigos lo habían dejado de lado desde su primer beso, si bien, no eran novios oficialmente, James buscaba formalizar en un futuro con ella, no buscaba dar grandes detalles, simplemente se conformaba con afirmar que entre ambos había algo.

— Quiero pasar mi cumpleaños con ella.— se encogió de hombros.

— ¿Quién es la afortunada?— su tono de voz cambio drásticamente.