Astoria era sencillamente increíble. Nunca había conocido a una mujer como ella, después de habernos visto todos los días podía confirmar que era la primera mujer de quien me había enamorado. Nunca pensé que eso pudiera ser posible pero ahí estaba, embelesado con la menor de los Greengass.
Adoraba hablar con ella, era sumamente inteligente y divertida, con ella no tenía miedo de ser quien era, me hacía olvidarme de mi pasado y no miraba con odio la marca de mi brazo, simplemente la ignoraba, y yo lo agradecía demasiado.
Mi madre también había caido en las redes de Astoria Greengass y estaba más que emocionada con mi enamoramiento con ella. Mujer, sangre pura y Slytherin, ¿qué más podría desear? Además de todo la personalidad de Astoria, que se pasaba horas y horas también charlando con mi madre, había ayudado mucho. Yo consideraba que a pesar de su sangre limpia era muy distinta a otros, a mí por poner un ejemplo y no parecía que fuera millonaria. Estaba cada día más enamorado, no gustarme simplemente, sino enamorado y Harry ya prácticamente no pasaba por mi mente, éramos ella y yo simplemente, Astoria y Draco, sin ninguna tercera persona enmedio. Hasta Teddy había aceptado a Astoria como parte de mi vida, esperaba que muy pronto como una parte muy vital, ansiaba pedirle salir conmigo y en un futuro incluso matrimonio. Con ella si me veía capaz de eso.
Estábamos una noche más en la fiesta de antiguos Slytherin, a las que yo ya me había habituado a ir cada vez que se celebraba una. Allí me sentía plenamente feliz y cómodo, nadie me juzgaba, nadie me miraban mal. Para todos continuaba siendo el principe de Slytherin, me respetaban y me querían como si no hubiera sucedido nada y ese era un sentimiento más que extraño para mí.
Como no podía ser de otra forma Astoria y yo nos hallábamos pegados. Que había sentimientos entre nosotros era un secreto a voces; ella sabía de mis sentimientos de la misma forma que yo sabía de los suyos, al igual que el resto sabía que lo nuestro iba mucho más allá que una amistad cercana. Bailábamos al son de la música que resonaba entre aquellas cuatro paredes con la luz ambiental necesaria que lo hacía mucho más íntimo.
Astoria bailaba muy bien y además teníamos mucha compendetración en nuestros movimientos, era muy sencillo bailar con ella. Recordé lo mal que bailaba Harry, parecía como si tuviera dos pies izquierdos y su cuerpo se volviera de piedra y no pudiera moverse. Era extremadamente molesto y siempre terminaba sulfurado cuando bailábamos. Menos mal que nuestra relación fue secreta y no fui su pareja para el yule ball, en ese momento me entristecí mucho pues deseaba ir con él por encima de todas las cosas pero en ese momento me alegraba mucho. De hecho estar separado de él me alegraba mucho y por primera vez me sentía feliz y sin ningún remordimiento por haberle borrado la memoria a Harry y que nuestra historia de amor hubiera terminado ahí. Astoria me estaba haciendo darme cuenta de que Harry y yo éramos demasiado distintos, de mundos demasiado diferentes, y que había demasiadas cosas que nos alejaba.
En ese momento todo lo que viniera de Harry me daba rabia y me enfadaba. No porque le guardara rencor ni porque me hubiera hecho nada malo, sino porque realmente y por primera vez en mi vida, Harry Potter me caía muy mal, no le soportaba, tal y como todos habían creído siempre, tal y como Harry tenía en sus recuerdos. Me caía muy mal y a veces me daba lástima de que fueran así las cosas al final cuando él nunca me había hecho nada malo, pero así había surgido todo, no le tragaba y su mera existencia me repugnaba. Estaba feliz por ello, así debió haber sido siempre. Odiar a Harry Potter y enamorarme de una preciosa y encantadora mujer, que era mi alma gemela en todos los sentidos, sangre limpia y que me comprendía como nadie. Con ella si deseaba tener descendencia. El hijo que tuviéramos en común sería muy afortunado por tener a Astoria como madre.
Con esos pensamientos hice algo que llevaba sin hacer en todos aquellos meses que llevábamos conociéndonos, pues nuestra relación se había estado cociendo a fuego lento. Íbamos muy despacio para no estropear ni forzar nada, y yo ya estaba ansioso así que la agarré por su delgada cintura y la acerqué más a mi cuerpo agachando mi cabeza para besarla.
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Recuérdame.
FanfictionDrarry/Harco. Por primera vez en su vida Draco hizo lo correcto, lo que estaba bien, pensó en otra persona aparte de él mismo, entonces, ¿por qué dolía tanto? ¿Por qué sentía que se le desgarraba el pecho? ¿Por qué por mucho que pasara el tiempo no...