Jueves 10:30 am
Escuché que alguien tocaba la puerta,habían dos opciones,uno;que sea la Anto y se arruine toda la sorpresa o dos; era el Esy y todo saldría bien. Me fui con los dedos cruzados a abrir la puerta.-Hola loco-. Saludó el Esy (en Italiano). -Hola hermano,pasa-. Dije. Venia con el "Oto" en brazos. -Pásame al cachorro-. Lo tomé en brazos y le di un besito en la cabeza.Decidí salir al balcón y poner unos diarios en caso de que al perrito le dieran ganas de hacer sus necesidades,lo saqué un rato mientras yo arreglaba todo. Había comprado un globo con helio que decía "Quieres ser mi novia",como estábamos en Italia,lo único que íbamos a encontrar en español iba a ser español de España,claramente no iba a encontrar un globo que dijera ~Quieres ser mi polola~. Pero fuera de eso estaba lindo el detalle.
Amarré el globo a una silla que se veía a penas entrabas al departamento,y dejé el ramo al lado. Luego hice un papelito que decía: "Hola mamá,aún no tengo como presentarme ya que no me has puesto un nombre,pero mi papá dice que tengo cara de "Oto"..¿Que opinas tú?. Venia por aquí para decirte que el señor Erick Pulgar tiene algo muy importante que preguntarte..."
Mi idea era amarrarle ese papelito al cachorro y que cuando llegara el saliera corriendo hacia ella y pudiese leerlo. Luego hice otro que amarraría en su lomo; "Si estás leyendo este papelito,es porque yo te tengo que pedir algo muuuuuy importante mamá. Como verás,soy un perrito de raza grande,por lo tanto no soy apto para tu departamento.. por eso mismo quería preguntarte,digo,queríamos..yo y papá...si es que tú quisieras irte a vivir con nosotros a una casa." No soy muy ingenioso y estas ideas me las había dado el Charles. Al menos yo,tenía en mente que nos fuéramos a vivir juntos,por razones obvias,por mientras sería a mi casa,más adelante podríamos comprarnos una,quien sabe...
Jueves 2:45 pm
Quedaban 15 o 20 minutos para que llegara la Anto,el Esy ya me había ayudado a preparar todo y ya se había ido. Solo estábamos nosotros dos,yo y el Oto. Los nervios me consumían,era más miedo que persona,quizás sonaría un poco apresurada la propuesta de irnos a vivir juntos..pero sentía que las cosas entre nosotros dos fluían tan bien que no me importaba eso. Sentí que se abrió la puerta,ya había llegado la hora,solté al Oto y este corrió hacia la Anto,ella solo miró al cachorro,no se fijó en nada más.-AY,HOLA BEBÉ HERMOSO-. Dijo emocionada y hablándole como bebé. Vio que en el collar que tenía puesto el Oto había un papel,por lo que se lo sacó y comenzó a leerlo. Sus ojos se llenaron de lágrimas mientras recorría con su mirada el papel. Me miró y vió el globo que estaba detrás mío,se paró rápido y caminó hacia mí.
-Antonia Belen Carvajal Bravo..¿Quieres pololear conmigo?-. Pregunté mirándola a los ojos. -Obvio que quiero,Erick Antonio Pulgar Farfán-. Me besó apasionadamente y me abrazó,no nos soltamos por unos minutos hasta que llegó el Oto y comenzó a morderle los pies a la Anto. Ella solo rió y se agachó a acariciarlo. Se percató que había otro papel por lo que sólo me miró y se detuvo a leerlo. Nuevamente habían lágrimas en sus ojos,pero esta vez corrían por su cara mientras ella sonreía. Y me miró.
-Señorita Antonia,yo Erick Pulgar y nuestro hijo Oto Pulgar le tenemos una pregunta...¿Le gustaría irse a vivir con nosotros?-. Sonreí. Después de decir esas palabras y ver su cara se felicidad,me emocioné y mis ojos se llenaron de lágrimas también.
-Claro que quiero mis guaguas hermosas,vengan para acá los dos-. Dijo tomando al Oto en brazos y dándonos un abrazo. -Y el nombre me encanta,se va a llamar Oto Pulgar Carvajal-. Rió.
Estuvimos toda la tarde regaloneando,ella nos sacaba fotos al Oto y a mi. Me sentía en paz. Tenía todo lo que siempre había soñado,estaba formando una familia junto a la persona que amaba con locura,nada se podría comparar con eso,es un sentimiento único y especial.
Sentía que todo había salido tal como lo había planeado e incluso mejor de lo que esperaba. Ambos quedamos felices. Habíamos llegado al acuerdo de que el fin de semana ordenaríamos algunas cosas para llevar a mi casa,otras la Anto dijo que las regalaría. Como normalmente,me quedé ahí a dormir,pero ya no éramos dos,se nos había sumado el Oto,que me había robado a mi Anto,pasaba en los brazos de ella,jugando,haciéndole gracia,moviéndole la colita. Amábamos con locura a nuestro Otito,era un regalón,y lo más cercano a un hijo.