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Ya vamos llegando a  Antofagasta. El viaje hacia acá,fue súper tranquilo,el Igna durmió todo el rato,y yo me pude ir hablando con la Anto.

-Yy....amor.¿Tu tendrías otro?-. Pregunté refiriéndome a otro hijo.

-Mmm...pero cuando el Ignacio esté mas grande-. Sonrió.

-Yo quiero una niñita ahora,y le pondría Sofía-. Especifiqué.

-Está lindo el nombre,aunque a mi me gustaría otro niñito-. Se encogió de hombros- Las mujeres somos más complicadas-.

-Si,eso si-. Reí. -Llegamos-. Dije apuntando por la ventana.

Inmediatamente la Anto comenzó a ordenar las cosas del Igna para que no tuviéramos problemas a la hora de desembarcar.

-Tómalo tú-. Dijo pasándomelo.

-Hola campeón-.Saludé tiernamente a mi hijo.- ¿Cómo está mi gordito hermoso?-. Bese sus mejillas regordetas. Este solo rió.

-Ya,vamos-. Me levanté de mi asiento con mi bebés en brazos y caminé por el pasillo del avión,la anto iba detrás de nosotros dos.

-Erick...Pulgar-. Dijo una niña. Solo volteé a ver que quería.

-¿Nos podemos tomar una foto? Te amo-. Sonrió.

-Si pequeña,pero salgamos del avión primero,si no haremos taco-. Dije tomándole la mano a la niñita,era súper tierna.

-Aquí si-. Me acerqué a ella para tomarnos la foto.

-Gracias-. Besó mi mejilla. Sonreí y vi a la pequeña alejarse con su familia.

-Uuuyy,si quedó loco por tener una niña-. Dijo la Anto acercándose a mi.

-Sipo-. Reí.

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Al llegar a la casa de mi mamá,todos nos dieron una calurosa bienvenida,sobre todo la Paola,la cual no tardó ni un segundo en llevarme al patio para interrogarme sobre la sorpresa y darme las ideas que ella ya tenía. Tan vivaracha esta cabra chica.

-Primero,¿tienes el anillo?-. Enarcó una ceja.

-Si,está en la maleta,lo traje por si acaso-.

-A ver,tráelo,ahora-. Caga chica mandona weon. Pero todo por su ayuda.

-¿Que buscas amor?-. Dijo la Anto entrando a la  pieza,cosa que me asustó y cerré mi maleta de un golpe.

-Nada enana-. Me senté en el suelo.

-Mmmm..yo te estaba buscando a ti-. Habló acercándose lentamente a mi,yo sabía lo que se venía pero no podía dejar tirada a la Paola porque me mataba y cagaba con su ayuda.

-En la noche-. Le di un corto beso y salí por la puerta,con el anillo en el bolsillo de mi poleron.

-Ya Paola,este es-. Dije pasándole disimuladamente la cajita.

-ES HERMOSO-. Gritó.

-Shhh,hazla piola sipo-. Le pegue un codazo suave.

-Ya oh,perdona. Ya tengo una idea-. Sonrió mientras seguía observando el anillo.

-Dila po-.

-Que pongas pétalos de rosas en el suelo,con la propuesta en italiano,también hartas velas,una canción que quieras dedicarle,una cena bien romántica y muchos chocolates de regalo-. Era mucha información para mi cabezota,pero algo retuve,y la idea en sí estaba súper buena.

-Me gusta,me gusta. Tu que deci,¿se lo pido acá o en Italia?-. Pregunté dudoso.

-Allá po pavo-. Me pegó un wate.

Desde que te vi ~Erick Pulgar~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora