Aunque no lo parezca, Heeseung es un chico muy romántico, así que sin duda te llevaría a pasear a las playas más bonitas. Cogidos de la mano, miraríais el atardecer sentados el uno junto al otro, mientras él tarareaba alguna que otra canción. Y cuando pensabas que el día no podía ir a mejor, te sorprendería con una bonita cena a la luz del ocaso.
[...]
- Qué bonitos son los atardeceres- suspiraste.
- Sí, pero tú eres mucho más bonita.
Heeseung te abrazó con fuerza al decir aquello, en parte porque lo estaba deseando, y también para que no vieras lo sonrojado que se había puesto.
- ¿Y sabes qué haría esto mucho mejor?- preguntó con una sonrisa.
Al verte negar con la cabeza, sacó de a saber dónde una cesta decorada con un lacito de tu color favorito. Con una gesto de cabeza, te indicó que lo abrieras, encontrándote así con los platos que más te gustaban.
- ¿Y esto?- dijiste encantada.
- Bueno, no siempre se puede disfrutar de una vista tan bonita con la persona que más quieres así que... - Heeseung dejó la frase en el aire, pero tú entendiste lo que quería decir- ¿Un pastelito? ¿O tienes frío? Tengo mantas también, por si te quieres quedar a ver las estrellas. Y podemos poner música, aunque puedo cantar yo. Si quieres, claro- añadió en voz más baja.
Aquello te hizo reír. Heeseung siempre había sido muy detallista en esas cosas, y te parecía muy tierna la manera con la que se preocupaba por ti.
- No hay nada que me gustaría más.
Y esa simple frase, hizo que la felicidad invadiera al chico por el resto de la noche.
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JAY
Sin duda, este chico te llevaría de paseo en barco. La vista desde allí era preciosa, y podías pasarte horas mirando el punto en el que el cielo y el mar se juntaban, pero a decir verdad, no te gustaban mucho los barcos, porque después de ver Titanic les habías cogido miedo. Pero no dijiste nada porque sabía la ilusión con la que tu novio había preparado aquella actividad, así que solo le abrazaste con fuerza durante todo el trayecto.
[...]
- ¿Crees que veremos algún delfín?- preguntó Jay emocionado.
- Bueno, con un poco de suerte tal vez...
Pero no seguiste la frase, porque un movimiento brusco del barco hizo que, asustada, te acurrucaras al lado del chico.
