Cuatro años, ciento cuarenta y siente días, y una mañana que empezaba a dibujarse en el horizonte. Ese era el tiempo que había pasado desde la última vez que viste a Jungwon. Sabías que ya no había esperanza, que cada uno había rehecho su vida. Pero aún así, seguías acudiendo a la misma playa, al mismo lugar donde os conocisteis. Sentada en la arena, veías las olas ir y venir, al mismo compás que tus recuerdos. Vuestra primera cita, el primer beso, el último abrazo... Muchas veces te habían dicho que lo superaras, por muy doloroso que fuera. Pero la gente no lo entendía. Pensar en Jungwon no te hacía sentir dolor. Era más bien... como no sentir nada. Como si tu vida se hubiera vaciado de repente. Se puede luchar contra el dolor, pero, ¿contra la nada? Me temo que es imposible.
[...]
– Es increíble cómo hay lugares que no se olvidan, sin importar que pase el tiempo.
No lo has oído llegar. No lo has visto sentarse a tu lado. Pero una mirada entre ambos, basta para que sintáis que habéis estado juntos desde el principio. Jungwon sigue igual que en la tele, o eso diría cualquiera. Porque tú lo conoces mejor que nadie, y no te pasa desapercibida la tristeza que inunda sus ojos, el cansancio que impregna su sonrisa. Tras esa máscara de felicidad y despreocupación, se esconde un chico que, desde hace más de cuatro años, siente que su vida está vacía. Y lo sabes, porque tú pasas por lo mismo todos los días.
– ¿Cómo te va?– pregunta.
– Bien, supongo.
Le miras directamente a los ojos, intentado que ellos le digan la verdad, eso que guardas solo para ti.
«No puedo más» gritan «No quiero seguir fingiendo que no me importas» «La gente dice que sea fuerte, pero no puedo serlo sin tí» «Porque tú me enseñaste a volar, a volar sin miedo» «Pintaste mi vida de mil colores, y me diste una razón para seguir adelante» »¿Cómo quieren que lo olvide? ¿Cómo quieren que olvide que te quiero?»
Jungwon se acerca a ti, y limpia con cuidado las lágrimas que hasta entonces no has notado. Lágrimas que habías contenido demasiado tiempo, y que por fin se sienten libres de salir a la luz.
«Mi día a día se ha convertido en un invierno perpetuo desde que nos obligaron a separarnos» «Intento ser fuerte, por el grupo, por mí, por tí...» «Pero es imposible» «Muchas veces he querido acabar con todo, pero si no lo he hecho, es porque sé que, en alguna parte, estás tú» «Y eso es lo único que me da fuerzas para seguir»
Cuando el sol empieza a salir, tiñendo de rojo y naranja la pequeña playa, os encuentra a Jungwon y a tí fuertemente abrazados. Y en el mismo lugar donde os conocisteis, volvéis a hacer una promesa, después de cuatro años, ciento cuarenta y siete días, y una mañana, que ya anuncia su llegada.
Si la gente quiere que os enfrenteis al mundo, lo haréis juntos. Si quieren que seáis fuertes, lo seréis juntos. Porque ya estáis hartos de sufrir, de fingir. Vais a seguir con lo que una vez empezásteis: un amor sincero e infinito. Y esta vez, nada ni nadie os lo va a impedir.
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NOTA:
Holaa!!! Bueno, no sé si la queríais os no, pero por si acaso, aquí está la segunda y última parte de esta pequeña historia de Jungwon. Como siempre, espero que os haya gustado, y os recuerdo que los pedidos siguen abiertos.
