Sunoo cruzó el aeropuerto con paso rápido y mirando constantemente a su alrededor. Debía darse prisa, pronto se darían cuenta de su ausencia. En el bolsillo de su abrigo, escrito rápido y con mala letra debido a las circunstancias, seguía el papel con la dirección a la que debía acudir. Echando un último vistazo a los pasillos llenos de gente que dejaba atrás, montó en el taxi que le esperaba.
[...]
La habitación estaba en silencio, y olía a desinfectante y medicamentos.
- Ya estoy aquí, princesa -dijo Sunoo con suavidad.
E intentando hacer el menor ruido posible, se acercó a la cama donde dormías. Antes de sentarse, te tapó mejor con la manta, sin ignorar las vendas que cubrían las heridas del accidente.
- No sabes el susto que me has dado... - se le quebró la voz, mientras recordaba la angustia vivida en las últimas horas, y el temeroso viaje que había recorrido.
Porque él no debería estar allí, en esa habitación del hospital. Debería estar en Europa, junto con el resto de Enhypen, en su gira por el continente. Pero una sola llamaba bastó para que cogiera el primer avión rumbo a Corea. Una sola llamada bastó para que regresara a tu lado, donde debería haber estado desde el principio. Tal vez así no habrías sufrido un accidente.
El teléfono de Sunoo vibró, un mensaje se iluminó en la pantalla y supo lo que eso significa. Era hora de marcharse. Tras arroparte una vez más y besarte con cariño, abandonó la habitación.
[...]
Despertaste apenas unos minutos más tarde, segura de haber oído a tu novio. Pero por mucho que miraste a tu alrededor, ya no quedaba rastro de él. Solo un precioso ramo de rosas, un globo de colores, y una nota.
Para T/N
Siento no poder estar ahí cuando más lo necesitas. Supongo que no soy tan buen novio como esperaba. Aún así, por favor, no olvides que eres lo más importante para mí, y que daría lo que fuera por volver a tu lado cuanto antes. Hasta entonces, recuerda que te quiero hasta el infinito y más allá, y hasta que las estrellas dejen de brillar.
Con todo el cariño del mundo,
Sunoo.
Con una sonrisa, te secaste una pequeña lágrima que corría por tu mejilla. Las palabras de tu novio te habían emocionado, porque sabías que era lo mejor que te había pasado en la vida y que era el mejor novio que podías desear, aunque él pensara que no. Antes de quedarte dormida otra vez, te aferraste a la nota lo más fuerte que pudiste, dispuesta a no soltarla hasta que Sunoo volviera.
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