- Te pide que le digas todas las tiendas que ves, en parte para saber dónde estás, y además para que te distraigas un poco.
- No deja de hablarte en ningún momento, para que te sientas más tranquila.
- Pero eso no es todo. Te manda todas las fotos que tiene de vosotros dos juntos, con la intención de que dejes de pensar en que estás perdida. Y funciona, porque no hay cosa que te guste más que recordar los momentos que habéis disfrutado juntos.
- Nada más verte, se abraza a ti como un koala, y te da besos por todas partes, habiéndote reír.
- Después, te toma de la mano, y te lleva a la heladería más cercana, donde te compra el helado más grande que ve.
- A partir de ahora, te voy a enseñar todas las calles y lugares de la cuidad, para que no te vuelva a pasar nada así- diría una vez en casa, mientras te volvía a abrazar.
JUNGWON
- Es, tal vez, el que se lo toma con más calma. Después de todo, una de las virtudes para ser líder, es mantener la cabeza siempre fría. Y eso él lo hace muy bien.
- Con voz tranquila, te pide que le mandes tu ubicación, porque piensa que será peor para ti si tienes que empezar a describir el lugar, ya que te pondrías más nerviosa.
- Todo el tiempo que tarda en llegar, te canta tus canciones favoritas, y aunque no puede verlo, al otro lado de la línea tú estás sonriendo, agradecida por el bonito gesto.
- De camino, vio un osito de peluche y decidió comprarlo, porque aunque se había prometido no pararse en ningún momento, se sentía culpable por lo que te había pasado, ya que él debía protegerte para que no te pasara nada malo.
- Cuando por fin os reencontrásteis y se aseguró de que estabas completamente bien, te llevó a conocer toda la ciudad.
- Prometo no volver a separarme de tu lado nunca más, para cuidar siempre de ti- dijo mientras te entregaba el peluche con una pequeña sonrisa.
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NI-KI
- Salía de la empresa cuando recibió tu mensaje, diciendo que no sabías dónde estabas. No pudo evitar asustarse, aunque intentó que no lo notaras, pues sabía que no ayudaría.
- Salió lo más rápido que pudo a buscarte, pero entre las prisas y la preocupación... Digamos que se acabó perdiendo él también.
- Decidió no decirte nada, porque aunque sabía que estaba mal, eso solo empeoraría las cosas.
- Es por eso que decidió llamar a Jay, para que fuera a buscarle, y luego le ayudara a encontrarte a ti.
- La preocupación del japonés fue aumentando conforme pasaba el rato y no lo lograban dar contigo. Por eso, cuando te vio apoyada en aquel árbol, se sintió la persona más feliz del mundo.
- Cuando por fin los dos llegasteis a casa, dedicó el resto del día a cuidar de ti, mientras se disculpaba una y mil veces por haberse pedido él también.
- A ti, lejos de enfadarte, te pareció tierno saber que, por ir a buscarte, le había pasado eso, por lo que aquello se quedó como una anécdota que contábais cada dos por tres.
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NOTA:
Holaa!!! Aquí tenéis la segunda parte. Espero que os haya gustado, y os recuerdo que los pedidos siguen abiertos.
