CUANDO SON LOS BAD BOYS Y SE ENAMORAN DE TI SEGUNDA PARTE (maknae line)

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SUNOO

Era otra tarde lluviosa en la siempre ajetreada cuidad de Seoul.

- Mira más allá de lo que ves...

Aquella simple frase te hizo volver, de golpe, los ojos a la pantalla de la televisión. En ella, la película del Rey León llevaba puesta desde hacía un rato, aunque apenas le habías prestado atención. Sin embargo, algo dentro de ti se removió al escuchar aquello, y apretando el botón de pause, fuiste a buscar tu teléfono.
Y allí, intactas, seguían todas las fotos de Sunoo: en alguna calle poco transitada a la salida de la universidad, en una esquina del patio, al salir del laboratorio...
Solo si te fijabas bien, podías descubrir qué tenían en común: en todas las fotos, el chico salía completamente solo. ¿Y por qué tenías todo eso en tu teléfono?
Inconscientemente, desviste la mirada a una caja cerca de tu cama.
En ella, guardabas el abrigo y el paraguas de Sunoo, que jamás pudiste devolver.

Y de nuevo, te asaltaron las dudas.

¿Podía un Bad Boy como Sunoo, comportarse como lo hizo contigo aquella tarde, en la sala de música? ¿O había algo más?

Era eso lo que te había llevado a observarlo cuando estaba solo. Sabías de sobra cómo se comportaba con gente a su alrededor: frío y retorcido. Y pensabas que, tal vez, podrías descubrir otra parte de él, más amable tal vez, cuando nadie le veía.
Pero lo único que habías conseguido, era un montón de fotos suyas que no te llevaban a ninguna parte.

Y entonces, lo oíste.

Un fuerte estruendo que provenía de la calle. Un frenazo, un golpe... Y cuando te acercaste a la ventana, una sombra corría con un niño pequeño en brazos.
Sabías que lo ibas a hacer estaba mal, que el móvil no debía usare para eso, pero no lo pudiste evitar. Abriste la cámara, y haciendo zoom, descubrirse por fin de quién se trataba.

Sunoo.

Lo viste acercarse, empapado, y todavía con el niño en brazos, a lo que supusiste que sería la madre del pequeño.
Pero no era el Sunoo que conocías, al menos, no lo parecía. Con una sonrisa, intentaba tranquilizar al niño, que había estado a punto de ser atropellado. Y viste también como, con todo el cariño del mundo, se lo entregaba a su madre, para después seguir caminando calle abajo.

Actuaste antes de darte cuenta.

Y para cuando lo hiciste, ya era demasiado tarde. Sunoo estaba sentado en el sofá de tu casa, bien tapado con una manta, y con un vaso de leche caliente en las manos

- ¿Por qué... me has traído aquí?- aquella era la primera vez que el chico hablaba.

Pero ni siquiera tú sabías la respuesta.

- Vi como ayudaste a aquel niño- fue lo único que dijiste.

- ¿Has encontrado lo que buscabas?- la voz de Sunoo se volvió a escuchar, después de un largo silencio.

- ¿De qué hablas?

- Vamos, te falta discreción a la hora de sacar fotos- dijo con una pequeña sonrisa.

Te había descubierto.

- ¿Cómo sabes...?

ENHYPEN IMAGINES AND REACTIONSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora