Capítulo LII: Debilidad

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Desperté con los brazos de Bucky rodeando mi cintura, hace tanto tiempo que no despertábamos así, sonreí, pensé en Steve, luego me cuestioné en pensar sobre él, de verdad, necesito quitarme estos sentimientos por él, solo me hacen sentir una gran tonta.

- Debo ir al complejo – dije recordando que Fury me había pedido ayuda con una misión para hoy.

- Buenos días, chica de mis sueños – dijo despertándose Bucky con una gran sonrisa.

- Buenos días Buck – le sonreí – en serio debo irme – dije parándome, para empezar a colocarme mi ropa interior, tomé el vestido apestaba a vino, no podía ir así – ¿tienes algún suéter para mí?

- Coge el que quieras – dijo sentándose, abrí su ropero y tomé un suéter beige de cuello alto, me quedaba con un vestido.

- Gracias Buck, eres el mejor – dije con intención de caminar hacia la puerta.

- ¿En serio, te irás así? – dijo haciendo una mueca, me acerqué a él para darle un beso en la mejilla, me tomó de la cintura y se puso encima de mí – no te vayas, no quiero que esto acabe, como te dije anoche no me acerqué por respetar tu decisión, pero ya no hay nada entre ustedes, así que aquí estoy yo, por el momento puedo ser quien alivie tus penas con vino y muchos besos – reí – ¿te vuelvo a ver en la noche? – lo pensé.

- Cuente con ello, Sargento Barnes.

-        Buenos días – me saludó Fury cuando entré a su oficina – acá está la información que fue recopilada, si notas algo, me lo informas, tengo una reunión con Hill, te dejo estás en tu oficina y creo que ya encontré la tarjeta perfecta con uno...

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- Buenos días – me saludó Fury cuando entré a su oficina – acá está la información que fue recopilada, si notas algo, me lo informas, tengo una reunión con Hill, te dejo estás en tu oficina y creo que ya encontré la tarjeta perfecta con unos gatitos con unos pescaditos para tu próximo cumpleaños – reí.

- Estoy segura de que la adoraré como las otras – empecé a revisar los informes.

- Por cierto, creo que necesitarás ayuda, así que traje a otro par de ojos – dijo sonriendo para salir.

- Dijeron que necesitabas otro par de ojos – dijo Steve sonriendo, pero luego se borró su sonrisa, al igual que la mía – bonito suéter.

- Si vas a hablar de mi ropa es el lugar indicado, estoy ocupada haciendo lo que me pidió Fury, si vas a ayudar, quédate si no, no – volví a empezar a leer, él se acercó y tomó otros expedientes, podía sentir su mirada puesta fijamente en mí.

- Pasaste la noche con él ¿cierto? – preguntó de repente Steve con cierto dolor en su voz.

- Eso ya no te incumbe – dije mientras seguía revisando los papeles que Fury dejó para mí.

- No es necesario que respondas porque conozco ese suéter, estuve con él cuando lo compró – carajo, pensé – ¿siempre te gusto? ¿siempre fue él? Debí imaginarlo cuando lo oí por primera vez llamarte la chica de sus sueños.

Solo tú (Steve Rogers & tú) (Steve Rogers y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora