Aire, tierra, agua y fuego son los 4 elementos naturales que rigen la Tierra, mis poderes me permitían controlarlos a mi antojo, además de ello, tenía otras habilidades por una variante del suero del súper soldado, eso era lo que creía, tenía total...
Me levanté tarde, Nat seguía en su habitación durmiendo con Bruce, tomé un batido de fresas y me coloqué ropa deportiva, un top blanco, una sudadera negra con rosado, una maya negra y un par de zapatillas del mismo color, quería salir a correr y despejar mi mente de Steve por un momento, pero el destino parecía encaprichado en hacérmelo recordar a cada momento.
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- ¡Cuánta elegancia! – dije al verlo caminar por el pasillo hacia mí vestido de traje, definitivamente Steve de traje era lo mejor que podía ver en este mundo, él sonrió por mi comentario – ¿A qué se debe verte así a estas horas?
- Acabo de regresar de desayunar con el alcalde, nos invitó con Tony ¿y tú?
- Pensaba ir a correr, pero me levanté tarde.
- Entonces tu cita con Pietro resultó mejor de lo que pensé.
- Sí, fue entretenido – se acercó a mí.
- ¿La pasaste mejor que conmigo?
- Ambos fueron divertidos.
- Pero con uno debiste pasarla mejor – dijo arrinconándome contra la pared, me encantaba ver ese lado diferente de Steve.
- Lamento decepcionarlo, Capitán, pero es algo que no sabrá – contesté alzando una ceja.
- ¿Tan difícil te es admitir que te gusto tanto como tú a mí? – sentí nervios, pero los estaba manejado bien, creo.
- Steve solo fue una cita y un par de besos – tomó mi rostro entre sus manos.
- ¿Y si aumentamos otro beso más, admitirías lo que sientes por mí?
- Quizás sí, quizás no – dije traviesamente, no debí decirlo así porque pegó sus labios a los míos para empezar a besarme de una manera diferente a las otras, sus besos eran fuego y no quiera extinguirlo sino avivarlo, por lo que empecé a besarlo como si no hubiera un mañana.
- Creo que ya no podemos negar lo que está pasado entre los dos – dijo mientras se separaba de mí para respirar un poco, solo lo volví a besar y él abrió como pudo la puerta de su departamento, la cerró, se quitó el blazer para lanzarlo por algún lado, di un brinco para enrollarlo con mis piernas, me sostuvo colocando sus manos en mis glúteos, me bajé el cierre de mi sudadera, él me la quitó, me volteó haciendo referencia al pequeño juego que teníamos, movió mi cabello hacía un lado para darme besos en la espalda y subir hasta mi cuello, yo solo cerraba los ojos mientras disfrutaba de sentir sus labios sobre mi piel, volteé y lo tomé del rostro para besarlo con desesperación guiándolo hasta su sofá, hice que se sentará, me coloqué encima de él, abrí de un solo tirón su camisa, se la quito, algunos botones salieron volando, reímos, él me quito ágilmente el top deportivo, metió uno de mis senos a su boca, gemí instantáneamente, esto se sentía jodidamente bien, lo tomé del cabello para pegarlo más a mi cuerpo, bajo sus besos por mi abdomen, lo empujé haciendo que terminara echado en el sofá, deslice mis besos por fuerte pecho y sus abdominales, él disfrutaba de mis besos, volví a subir a sus labios, hizo que me parara mientras me seguía besando, se desabrochó el cinturón, se quitó los zapatos, yo hice lo mismo con mis zapatillas, bajé su cierre, se sentía grande, bajé un solo tirón su pantalón junto a sus boxers, él hizo lo mismo con mi maya deportiva, dejamos de besarnos – después de que pase esto, no podré vivir sin volver a tenerte – me dijo con la voz grave.
