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Estaba reconstruida de pequeños pedazos, todos han tenido alguna grieta, su madre se había encargado de reparalos uno por uno, la primera vez que la vio llorar fue cuando sasuke se había ido de la aldea, sus padres la habrían apapachado y animado todo el tiempo. Luego cuando naruto se fue de viaje con el viejo jiraya se había sentido tan sola pero ahí seguían ellos. Amandola y apoyándola todo el tiempo, cuando les hablo sobre su noviazgo  temiendo que no lo aceptarán su madre la abrazo y le dijo que siempre soñó con que estuvieran los tres juntos.

Ahora, en este momento era huérfana, había dejado los cuerpos de sus padres sepultados el cementerio de konoha. ¿Así se sentían naruto y sasuke? Por qué  ella se quería morir, no tenía fuerzas para levantarse, estaba llorando tanto que nisiquiera había probado alimentos.

—Saku... te traje dangos— sasuke se acerco a ella y tranquilamente  la abrazo haciendo que quedara sobre sus piernas, sakura no respondio  —cariño tienes que comer algo. —

Limpiaba las lágrimas de la pelirosa  con sus varoniles manos, le acomodaba el cabello y besaba sus mejillas, para él sakura lo era todo, ella era su mundo y verla así lo destrozaba. Naruto le había dado la orden, no, más bien lo había obligado a cuidarla pues el plan del uchiha era salir y buscar al asesino de sus nuevos padres. Se había manejando  con absoluta discreción aunque sus amigos la habían visitado, shikamaru iba todos los días le llevaba comida incluso el shōgi que tanto les gustaba jugar, pero sakura parecía tener los pensamientos en otro lado.

—Tengo que hacer algo, no puedo quedarme aquí. — pensó la kunoichi. —Debo encontrar al asesino de mis padres y matarlo.—

Esa mañana estaban los tres sinobis en la pequeña sala cuando de la nada sakura salió de la habitación.

—¡sakura chan! ¿Ya te sientes mejor?— pregunto el animado uzumaki.

—¿Quieres amitsu? Puedo ir a comprarlo— ahora fue sasuke quien hablo.

Pero la pelirosa los ignoro por completo, estaba ojerosa, pálida y traía la misma pijama de hace 2 días su cabello estaba desordenado se metió a la regadera dándose un largo baño, saliendo se coloco un conjunto azul marino fue a la cocina y se sirvió un poco de arroz al vapor un poco de té y comenzó a comer. Shikamaru  les pidió que no la abrumaran así que la dejaron tranquila.
Llevo su plato al lavabo  y luego se coloco encima su bata del hospital, tomo las llaves del auto y se dirigió a los tres hombres.

—Iré al hospital,  más tarde volveré. Debe haber muchos pendientes ahora que me he ausentado. — dijo sería y con la mirada baja.

—¿quieres que te lleve?—se ofreció el uchiha.

—Si no tienes trabajo acompáñame, ¿tienes cigarros? —

Sasuke le lanzó  una cajetilla de cigarros y un pequeño encendedor  con el logotipo de konoha.

—Odio que fumen— se quejo el rubio.

—No molestes Naruto. —

—Sakura...— la llamo shikamaru.

—No te metas. —

—¿hay algún problema con que sakura fume?— pregunto naruto.

—Pregúntale a la princesa— contestó  el mal humorado Nara. —Parece que ya está bien, yo me largo—

Cierto había olvidado su embarazo, pero un simple cigarro no le haría mal.

—Idiota— susurro la kunoichi.

Estaban saliendo se casa cuando una visita inesperada llegó. Eran Hinata Hyuga.

—Sakura, supe lo de tus padres, te he traído ofrendas. Lo siento mucho saku— dijo la timida ojiperla para después darle un abrazo.

—¿Como te atreves a venir aquí? — naruto rompió el abrazo de las dos kunoichis mientras le apretaba fuerte la mano a la hyuga.

—Déjalo ya naruto— Sasuke lo regaño y naruto la solto. 

—Siento molestarte pero, alguna vez fuimos amigas y me parece lo mas correcto ayudarte en estos momentos. — 
—Gracias por venir hinata, de verdad lo apreció. — la pelirosa hizo una reverencia.

—Saku...— habló sasuke —Yo iré a ver el hospital, quédate en casa con hinata y arreglen sus diferencias. Sígueme Naruto.—

—No voy a dejar sola a sakura con esta loca.—

—Dije que me sigas, imbécil. —

El rubio lo siguió y los dos shinobis se despidieron.

Sakura y hinata entraron, la pelirosa  preparo un poco de té y luego se sentaron en la cocina a conversar.

—Quise decirte lo que tenia con Naruto, pero...—

—Ya están juntos y eso es lo que importa. —

—¿por qué?... ¿por qué terminaron?—

—Él y yo no nos entendíamos, además...—

La mirada de la Hyuga cambió de sería a una de miedo y tristeza, sakura se preocupo.

—Hinata, él  ¿te hizo algo?—

La pelinegra comenzó a llorar desconsolada. 

—Yo... estaba embarazada, iba a tener un bebé pero... Naruto me golpeo tanto que perdí a nuestro bebé.—

—Hinata ...—

—A ti te toco conocer la versión  buena y amable de naruto, pero conmigo fue diferente,  el siempre fue agresivo y se molestaba por todo. Sakura por eso quería que te alejaras de él, yo no quiero que te pase lo mismo que a mí. —

Sakura sintió como su corazón  aún lastimado se volvía a fracturar, ¿que demonios estaba pasando? ¿El Naruto que conocía conocía realidad era una farsa? ¿Qué pasaría cuando se enterara de su embarazo?¿Hinata estaría diciendo la verdad?.

















Después De La GuerraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora