Capítulo 22. Mandalore al descubierto

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3 meses después

Satine había mejorado mucho su condición física, e incluso aprendió artes marciales para defenderse en un combate cuerpo a cuerpo. Y después de mucho tiempo, se puso su armadura mandaloriana, e iba a hacer, junto a Obi-Wan Kenobi, su primera misión. Era una tarea fácil, debían ir a Mandalore e infiltrarse en una ciudad con poca presencia de Maul y los Comandos Mandalorianos, entrar dentro de la red y salir con toda la información posible. Si todo salía bien, en dos o tres meses, podían intentar retomar Mandalore.

La pareja se encontraba en una pequeña trinchera natural. No había nada, solo un terreno rocoso, árido e inhóspito. La mandaloriana sacó unos prismáticos y visualizó a través de ellos.

-Veo a algunos guardias en la plataforma de atraque, pero no son mandalorianos -Dijo la rubia, analizando lo observado.

-Debe de tenerlos dentro, ¿que maneras hay para subir sin que se percaten de nuestra presencia? -Preguntó Obi-Wan, sentado en la trinchera, manteniéndose lo más bajo posible.

-Podemos esperar al cambio de turno y subir con los cables, creo que es lo más seguro -Ideó la duquesa rápidamente.

Satine se agachó y se sentó en el suelo, al lado de su amado. Ambos esperaron hasta el cambio de turno...

1 hora y media después

Kenobi estaba con los prismáticos observando la plataforma

-Psst, Satine, se están moviendo -Susurró el Jedi, a lo que Satine, se colocó el casco y cogió la pistola con el cable para trepar.

-Vamos Obi, démonos prisa -Objetó Satine, subiendo por la trinchera y ayudando a su querido a subir.

Ambos marcharon con rapidez hacia la ciudad mandaloriana. Se colocaron debajo de la plataforma y dispararon el gancho y treparon por el cable.

El Jedi llegó primero a la plataforma, y con la fuerza, subió a Satine lo más rápido que pudo.

Ambos corrieron hacia la entrada de la ciudad, y se escondieron detrás de un muro. Dos mandalorianos con armaduras de colores rojo y negro hicieron el relevo, pero por suerte, no vieron a los dos infiltrados.

-Deberíamos darnos prisa, no quiero que nos pillen -Dijo el maestro Jedi, y recibió la mirada fulminante de Satine

-¿Tienes una mejor idea? -Dijo sarcásticamente la mandaloriana

-Pues ahora que lo dices, si, tengo una idea -Dijo Obi-Wan, saliendo de la cobertura y haciendo que los mandalorianos le vean

-Eh, tú, civil, no deberías estar aquí sin autorización -Reprochó uno de los Comandos Mandalorianos

-Oh, disculpe... Pero si puedo estar aquí -Dijo usando la fuerza para convencer a los mandalorianos

-No, no puedes. ¡AHORA VETE O SUFRE LAS CONSECUENCIAS! -Dijo el mandaloriano al Jedi

-Puedo estar aquí -Intentó de nuevo el truco

-¿Estas loco o que? Ghal, arrestalo -Comentó irónicamente el mandaloriano.

El Jedi saltó, dió una voltereta en el aire y cogió su sable de luz. Desequilibró a los mandalorianos, y Satine los aturdió con su pistola blaster.

-Buen plan genio, casi nos delatas -Dijo con un enfado disfrazado de sarcasmo

-De nada cariño mío -Dijo con un tono exageradamente sarcástico.

Satine le fulminó de nuevo con la mirada, pero rápido se adentraron en la ciudad. No se veían civiles en las calles, ni había speeders yendo de acá para allá.

Guerra y Amor | A Star Wars FanfictionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora