Capítulo 1. Herida

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Obi-Wan llegó a la estación médica, estaba cerca de la luna mandaloriana de Concordia. Aterrizó su nave en la bahía de atraque y unos cuantos enfermeros vieron a Satine, herida de gravedad, con un gran corte en la zona abdominal.

–¿Cuanto lleva así? –Preguntó un enfermero, llevando al lugar una camilla con sueros

–No mucho, haga algo para salvarla –Contestó Obi-Wan, claramente afectado.

Se llevaron a Satine dentro de las instalaciones a toda velocidad, Obi-Wan la siguió a paso ligero, concentrado en no romper a llorar, ni si quiera escuchó lo que decían los enfermeros y los droides médicos. Llegaron a un área restringida, un droide se le acercó y le cortó a Obi-Wan el paso

–Lo siento, no puede pasar, vamos a realizar una intervención quirúrgica compleja, porfavor, vaya a la sala de espera –Afirmo el droide, y a Obi-Wan no le quedó más remedio que hacer caso.

Por primera vez, deseó hacer igual que Anakin, no hacer caso de las órdenes, pero sabía que eso quizá no le vendría bien a Satine, porque tendrían que ralentizar el paso, y en ese preciso instante, cada segundo es importante.

Pasaron 2 horas y Obi-Wan estaba cansado de esperar, no recibía noticias de la duquesa, hasta que su comunicador sonó.

–¿Obi-Wan? ¿Estás ahí? –Dijo Anakin a través del comunicador.

–Si... –Dijo sin ánimo alguno, estaba destrozado, y sentía como si estuviera muerto por dentro. Todo ese rato estuvo intentando controlarse, pues no quería caer al lado oscuro.

–¿Estás bien? Te noto muy extraño –Pregunto Anakin preocupandose por su amigo y ex maestro.

–No... Satine... Está muy herida –Dijo Obi-Wan, al momento de mencionar el nombre de Satine, una lágrima rebelde cayó por su ojo, y al decir si estado, rompió a llorar como no había llorado en años.

Anakin no contestaba, estaba impactado por la noticia, sabía que Lord Maul controlaba Mandalore, pero no sabía que era capaz de herir a una persona tan importante para Obi-Wan, por tal de verlo sufrir.

Obi-Wan lloraba y lloraba, no podía creer que la vida de Satine pendía de un hilo, y en su interior rogaba a la fuerza que no se llevara a Satine, no tan pronto. El mismo día que llegó a Mandalore, decidió decirle cuánto amaba a Satine, y que quería estar con ella, pasara lo que pasara, y ahora eso lo abrumaba, pues quizá no sería capaz de decirle nada nunca más a su querida.

Pasaron 6 horas más, Satine llevaba en el quirófano unas 8 horas, Obi-wan estaba dormido, se quedó dormido mientras lloraba, pues las marcas de las lágrimas todavía se notaban en su rostro. Anakin, Ahsoka y Padmé llegaron allí, y después de preguntar a un droide de protocolo que atendía en la entrada, vieron a Obi-Wan en la sala de espera.

–Obi-Wan –Dijo Anakin, a lo Obi-Wan abrió los ojos y se los frotó con el puño.

–¿Que haces aquí? Deberías estar en una misión casi en la otra punta de la galaxia.

–Vine a apoyar a mi amigo –Dijo Anakin poniendo una sonrisa, para mostrar todo el apoyo que le daba a Obi-Wan

Pasó otro par de horas, donde Obi-Wan se veía visiblemente nervioso, mientras Anakin y Padme intentaban tranquilizarlo, y Ahsoka hablaba por el cominicador de su brazalete.

–Rex, ¿Puedes hacerme un pequeño favor? –Dijo la togruta.

–Claro, ¿De que se trata? –Respondió el capitán clon.

–¿Puedes venir a la estación médica con Kix? Te mando las coordenadas –Dijo la togruta, e inmediatamente, el clon creía que Ahsoka estaba herida.

–¿Que te ocurre? ¿Estas bien? –Pregunto preocupado el capitán

–Estoy bien, es la duquesa de mandalore, esta herida. Pensé que podríais ayudar –Contesto Ahsoka, y vio como la cara de Rex pasaba a estar un poco aliviada, pero no mucho, porque sabía que Obi-Wan estaría preocupado.

–Estaremos allí pronto, corto –Dijo Rex, cortando la comunicación

–Corto y cierro –Dijo Ahsoka, cerrando la comunicación.

Se acercó a Padme, Anakin y Obi-Wan y les puso en situación, Anakin miró a Ahsoka, fue una buena idea, pero no era una misión oficial, y quizá le daba algún problema, pero le daba igual en ese momento, pues quería que Satine se recuperara lo antes posible.

Una hora después, llegaron los clones, con permisos médicos, y Kix entró en el quirófano, llevaban 11 horas de operación, y Kix podía ser de mucha ayuda. Se lavó las manos y se puso unos guantes y una bata médica que le dieron.

Vio ahí al cuerpo de Satine, estaba abierta en la zona del abdomen, y le estaban reemplazando ciertos órganos por otros mecánicos, pero estaban atascados, pues una arteria estaba en mal lugar, y tenían que ser muy rápidos para evitar que se desangrara. Ayudó en todo lo que pudo, y sin duda, hizo un muy buen trabajo, pues a pesar de tener a varios cirujanos y otros pocos droides médicos, Kix aportó una solución muy creativa. Consistía en rodear la arteria, separarla del tejido y luego desplazarla lentamente, para colocar el implante mecánico y luego volver a desplazarla lentamente, y recubrirla de una sustancia para evitar el roce con el metal.

Otra hora después, un droide salió del quirófano y se dirigió a la sala de espera.

–¿Obi-Wan Kenobi? –Dijo el droide médico, a lo que el Jedi se levantó del asiento metálico.

–La intervención ha sido un éxito, está siendo despertada, podrá ir a verla, pero solo una persona a la vez, está en la habitación 7A –Volvio a decir el droide.

Se levantó y se dirigió a la habitación donde estaba. Cuando la vio en la cama, sonrió como no lo había hecho ese día.

Bueno pues aquí el primer capítulo, ¿Les gustó? Déjenme su opinión y no se olviden votar :D

Guerra y Amor | A Star Wars FanfictionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora