Capítulo 26. Caída

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(Estos hechos empiezan cuando Obi-Wan se ve obligado a viajar a Coruscant por el ataque al templo Jedi)

Anakin se encontraba en el Senado Galáctico, iba a pedirle ayuda al canciller Palpatine y que trajera tropas al templo Jedi, para que no se produjera un segundo ataque.

Entró en la oficina del canciller, sin previo aviso, y vio a Palpatine mirando un datapad. Anakin no vio el que observaba el canciller, pero no le dió mucha importancia, ya que confiaba en él.

–Maestro Skywalker, que sorpresa tan agradable, ¿En qué le puedo ayudar? –Preguntó el canciller, levantándose de su silla y acercándose al Jedi

–El consejo me ha mandado aquí para pedirle que traiga a la Legión 501 al templo, para protegerlo mientras se reconstruye y se investiga el ataque –Comentó el joven Skywalker, manteniendo las distancias con el canciller.

–Por supuesto. No se preocupe maestro Skywalker, su legión de clones estará aquí lo antes posible. Y se que no es de mi incumbencia, pero... ¿Se sabe algo del atacante? –Dijo Palpatine, intentando parecer curioso

–Los informes preliminares indican que fue un ataque separatista. Encontramos algunas partes de droides de batalla en el lugar del ataque. Todo indica que los separatistas lanzaron un misil desde la atmósfera de Coruscant, y sin que nos diéramos cuenta, escaparon –Le respondió Anakin a la pregunta del canciller.

El canciller mantuvo la mirada y la sonrisa fría. Aún así, no dudó un segundo, su plan estaba funcionando a la perfección.

–Lamento decírtelo, pero tengo unos asuntos pendientes que solucionar. Si quieres, está noche podemos ir al teatro, y hablamos de otros temas un tanto menos... trágicos –Propuso el canciller de la República Galáctica.

–Será un honor acompañarle canciller Palpatine. Nos vemos, cuídese –Dijo Anakin, retirándose de la oficina.

Palpatine se puso su túnica y se colocó la capucha para evitar que le vieran en rostro, a través de la holotransmisión que estaba a punto de realizar.

–Maestro –Dijo Darth Tyranus arrodillándose ante Lord Sidious

–El plan ha salido a la perfección, aprendiz –Dijo Darth Sidious, juntando la yema de los dedos y poniendo su característica sonrisa macabra.

–Mañana empezaremos la fase dos. Intentaremos secuestrarlo, y así podremos capturar a Skywalker –Continuó el conde de Serenno

–Excelente –Dijo Sidious, cortando la holotransmisión

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Obi-Wan tardó unas cuantas horas en llegar a Coruscant, lo normal era tardar un par de horas como mucho, pero la nave se quedó sin combustible y tuvo que parar a repostar en una estación espacial a mitad de camino.

Aterrizó la nave en el templo Jedi, y cuando salió de la nave, vio el humo salir de los jardines del templo, junto a un intenso incendio, que estaba siendo sofocado por los bomberos de Coruscant, con ayuda de algunos miembros de la Orden Jedi.

Rápidamente entró en el templo, y vio al maestro Windu, esperándole. Estaba cruzado de brazos y serio... Más serio de lo habitual.

–Ya era hora Kenobi, dijiste que llegarías hace tres horas –Se quejó Mace Windu

–Lo lamento, la nave tenía poco combustible, y tuve que recorrer mucha distancia en velocidad subluz, a muy baja potencia –Dijo Obi-Wan, escondiéndose bajo una excusa, que aunque fuera real, no acostumbraba hacerlo.

–Skywalker ha informado que el canciller traerá varías tropas de clones para salvaguardar el templo de un posible segundo ataque –Comentó Windu, caminando por el templo junto a Kenobi

Guerra y Amor | A Star Wars FanfictionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora