Capítulo 19. Cambios de posición

97 10 0
                                    

1 semana después

Era de noche en Concord Dawn, una noche fría y silenciosa. La base por primera vez en mucho tiempo, estaba parada por la noche. Todos necesitaban un descanso, las incesantes misiones cansaron a unos, otros estaban fatigados por arreglar naves y droides dañados, además de transportarlos.

Bo-Katan se encontraba en su habitación, tirada en la cama y mirando al techo. Tenía mucho en la cabeza, quería convencer a su hermana para que participara en el futuro conflicto. Por otro lado, empezó una relación con Mands, y no dudaba sobre él, lo tenía claro, lo amaba incondicionalmente, pero dudaba sobre el futuro entre ambos. El conflicto podría llevarse varías vidas, y Bo tenía miedo de perder a su amado, incluso más que morir ella misma.

Se levantó frustrada, y se puso las chanclas que usaba para estar en la habitación, y se dirigió al espejo que tenía cerca del armario. Se miró, la herida del disparo que recibió hace unas semanas estaba sanada casi por completo, solo se veía una pequeña quemadura. Por un momento se vio de otro modo.

–Me veo sexy –Pensó la mandaloriana.

–Vale, estar con Mands está haciendo que me vea diferente. No se si me acostumbraré –Siguió pensando

Su pijama era muy normal, constaba de una camiseta de tirantes blanca con una mancha de sangre en un tirante. No llevaba pantalones, y solo se cubría con unas braguitas color azul. Su pelo estaba algo alborotado, pero mantenía algo de forma.

Dejó de inspeccionarse y se sentó en la cama, no podía dormir, así que pensó hacer una visita sorpresa a Mands. Había dos lugares posibles en los que estaba. La oficina de Bo, la cual, él empezó a usar con frecuencia. O en su habitación, la cual estaba enfrente de la habitación de Ursa y Alrich Wren.

Pensó brevemente, decidió ir a la habitación, era tarde y quizá estaba durmiendo, así que con suerte, le dejaría acurrucarse a su lado.

Salió de la habitación, con una linterna en mano, la cual encendió. Las luces de la base estaban apagadas, ya que absolutamente nadie estaba trabajando, aunque eso cambiaría a la mañana, y la situación tan extraña que era el silencio nocturno no se volviera a repetir en lustros.

Caminó, y lo único que se escuchaban eran las chanclas de Bo. Hacia algo de fresco, lo que hizo que se le pusiera la piel de gallina. Llegó a la habitación de Mands, y no escuchaba nada. Abrió la puerta y estaba la luz apagada, iluminó la cama con la linterna, pero él no estaba ahí.

–¿El cabeza hueca este está en la oficina, trabajando? Nunca cambiará –Dijo para si misma la pelirroja.

Dió medía vuelta, y se pegó sin querer a la puerta de la habitación de los líderes del clan Wren. Bo-Katan juró escuchar a Ursa gemir, pero rápidamente se alejó del lugar, no debía ni quería estar ahí en ese momento.

Se dirigió a su oficina, y de nuevo, con la linterna en la mano, iluminó el camino. Cuando estaba cerca, se veía que una luz emanaba del interior de la oficina. Se asomó por la puerta y vio al joven Vizsla, mirando documentos.

–Te he visto, ¿Sabes? –Dijo Mands sin despegar la vista de los papeles.

–¿Que coño haces a estas horas despierto? –Preguntó Bo sin tapujos.

–Distraerme –Dijo secamente Vizsla

–¿De que? ¿De descansar? ¿De tomarte un puto respiro? Se que llevas al menos cuatro días sin dormir ni una sola hora, tienes más ojeras que un adicto a las especias, y para colmo, ni me has tocado en dos semanas... ¿Que demonios te ocurre? –Dijo con algo de furia la pelirroja.

Mands la miró y penso en todo el carácter que tenía Bo-Katan, pero sin duda tenía razón. Intentaba evadirse, pero sabía que no le dejaría tranquilo hasta que hablara.

–La guerra, ¿Y si no la ganamos? ¿Y si perdemos? ¿Y si nos masacran? –Empezó a cuestionar el pelinegro.

–Somos mandalorianos, y no nos rendiremos, incluso si nos masacran. Es parte del código mandaloriano –Objetó Bo, mirando a los cansados ojos de su novio.

–Lo sé, nuestra gente ha pasado por mil y una guerras, contra los Jedi, contra los Sith, contra otros mandalorianos... Y no nos hemos extinguido... Siempre prevalecemos –Siguió el hombre

–Bien, pues no te preocupes, ahora vente a la cama, y vamos a dormir. Ya echaremos un polvo mañana. ¡AHORA! –Ordenó la pelirroja. Mands obedeció, porque sabía que si no era por las buenas, Bo-Katan se lo llevaría a la cama a patadas.

Mands apagó la luz de la oficina y se dirigieron a la habitación de Bo.

A la mañana...

Bo-Katan se despertó, ya era por la mañana, se incorporó, miró a su novio y pensó...

–Se ve tan mono durmiendo. Si no fuera tan cabezota, lo vería más veces así –Se acercó y le dió un dulce beso en la mejilla.

Después de eso, salió de la habitación, y se encontró con su hermana nada más salir.

–Buenos días Bo –Dijo Satinecon una sonrisa de oreja a oreja.

–Buenos días Satine, ¿Dormiste bien? –Preguntó muy amablemente a su hermanita

–Bueno, Mands se mueve mucho, pero aún así dormí bastante bien –Respondió la pelirroja

–¿Ya por fin os mudais a la misma habitación? –Preguntó curiosa la rubia

–Se lo tengo que preguntar –Dijo Bo, pero rápidamente cambió de tema.

–Oye Satine, ¿Vas a luchar? –Le preguntó Bo-Katan, mirando a su hermana seriamente.

–Sabes que la violencia no es lo mío –Replicó Satine, colocándose el pelo detrás de la oreja.

–Y tu ya sabes que sin lucha, tu no gobernarás nada, y aunque seas la legítima líder, y todos te sean leales, aquí no eres quien manda –Objetó la pelirroja

–Si, ya se que los Protectores son los que dirigen este lugar, y en concreto tú novio –Dijo Satine

–Ven, te enseñaré algo, a ver si cambias de opinión –Dijo Bo, cogiendo a Satine del brazo y llevándosela forzosamente

Bo iba más rápido que su hermana, aún así, Satine consiguió coger ritmo y ponerse ligeramente detrás de su hermana. Llegaron a... ¿La habitación de Korkie?

La pelirroja ingresó un código y abrió la puerta de la habitación. Allí había un baúl, y encima, una pila de libros sobre política e historia de Mandalore. Quitó los libros y los dejó a un lado, luego ingresó un código en el baúl y lo abrió exitosamente.

–Mira, ¿Te suena de algo? –Preguntó la más joven de las hermanas Kryze

Satine se quedó perpleja al ver lo que había en el interior del baúl.

–Mi... Mi vieja armadura –Dijo Satine, algo entristecida por los recuerdos que le traía esa armadura. Debido a ello, a Satine se le saltaron las lágrimas. Eran unos recuerdos muy duros, justos del día que Bo-Katan y ella se pelearon y dejaron de verse por largos años.

–Las armaduras nos separaron una vez, pero esta vez, podemos darle otro significado y seguir su historia. Juntas, luchando por nuestro planeta, nuestro hogar –Dijo Bo-Katan a su hermana, la cual miraba al casco como si fuera el mayor de las reliquias de la galaxia.

–Está bien, lucharé. Por los nuevos mandalorianos, por nuestro legado, y por nuestra gente –Replicó Satine, mirando a su hermana, y poniéndose en casco.

Bo sonrió, su hermana la hizo cambiar de punto de vista. Lucharía solo si es necesario, y ahora, había cambiado el punto de vista de su hermana, la cual también lucharía, solo si es necesario.

Bueeeno, nuevo capítulo, uno que quería hacer desde hace tiempo, y pues ya lo escribí y lo publiqué xD Espero que les haya agradado, y muchas gracias por su apoyo, últimamente recibo bastante por su parte y se lo tengo que agradecer de algún modo, ¿Como? No lo sé, pueden dejarme ideas si quieren

Guerra y Amor | A Star Wars FanfictionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora