Guerra y Amor | A Star Wars Fanfiction

Capítulo 11. Kryze-Kenobi

Satine y Obi-Wan se dirigieron hacia el sector 3 de la base mandaloriana. Por suerte, era fácil de localizar, pues había líneas en el suelo que delimitaban los sectores, y en la pared, se veía cual color tenía cada sector. El sector 1 tenia el color azul, el 2 un rojo intenso, el 3 un verde oscuro, el 4 era amarillo y el 5 era del blanco más puro.

Caminaron hasta entrar en el sector 3, y se notaba que era un sector de reparación, ya que había muchas cajas con herramientas, y la gente allí trabajaba sin parar, probablemente había más trabajo allí que en ningún lado.

Vieron a la distancia a Korkie y a su grupo de amigos, Lagos, Amis y Soniee. Los cuatro iban a la academia real del gobierno mandaloriano, la cual una academia que enseñaba política, para poder crear una generación de políticos que tuvieran en la base de su política el pacifismo. Además, como todos los niños en Mandalore, donde llegada a cierta edad, podían elegir a aprender, podían aprender robótica, programación de inteligencias artificiales, o ingeniería aeroespacial, entre otras cosas.

Korkie vió de reojo a Satine y a Obi-Wan, y sintió un nudo en el estómago, estaba nervioso, tenía un presentimiento.

-¿Estas bien Korkie? -Preguntó Soniee

-Eh... Si. Estoy bien -Respondió el joven Kryze

Satine y Obi-Wan se acercaron y saludaron. Los jóvenes les devolvieron el saludo con amabilidad.

-Korkie, ¿Podemos hablar a solas un momento? -Preguntó el maestro Kenobi

Una ola de nerviosismo invadió al joven Korkie

-Ah... Claro. -Respondió a Obi-Wan

Korkie miró a sus amigos y ellos le sonrieron. Solo Soniee sabía que Satine era su madre, y que Obi-Wan era su padre, pero juró guardar el secreto con su vida.

Los amigos de Korkie cogieron las herramientas y los droides que estaban reparando, y se movieron a otro lado, para dejar intimidad a su amigo.

-¿Ocurre algo? -Preguntó el mandaloriano

-Korkie... Le he contado nuestro secretito -Dijo Satine, con lágrimas en los ojos, se sentía aliviada por ello

-Y quiero que sepas, que quiero recuperar el tiempo que no hemos podido tener, siempre te he tenido mucho cariño -Dijo Obi-Wan, poniendo una mano en el hombro del mandaloriano.

Los tres se juntaron y se dieron un abrazo, el primer abrazo que tenían como familia. Korkie sollozó, su sueño siempre había sido que su padre le conociera como su hijo, y ahora se había realizado, la alegría que tenían los tres era extrema.

-¿Tus amigos lo sabían? -Preguntó Obi-Wan Kenobi, a lo que Korkie negó

-Solo Soniee, los demás no -Respondió Korkie

-Se enteró por un desliz mío, llamé a Korkie "hijo", cuando Korkie llegó a casa, no sabía que había traído visita -Dijo Satine riéndose, recordando ese momento.

Los tres se fueron hacia el comedor, y decidieron hacer la primera comida en familia. Fue algo que para los tres supuso el momento más álgido en lo que felicidad se refiere.

Obi-Wan se dirigió hacia donde servían la comida, no era un buffet de lujo, pero seguía siendo mejor que las cafeterías de los cuarteles clon. Sinceramente, esa comida tenía muchos nutrientes, pero lo que tenía de nutrientes, lo compensaba con un sabor raro, no era ni dulce ni salado, ni amargo ni acido, era una mezcla de todo.

Korkie pidió una ración de Bacón ahumado y un huevo frito. Satine y Obi-Wan pidieron lo mismo, un surtido de verduras de Sauleicami acompañadas con un puré de patatas de Naboo.

Los tres empezaron a comer, y tanto Obi-Wan como Satine se sorprendieron de lo bueno que estaba el puré de patata

-¿Porque el ejercicio no nos ponía esto? -Dijo el jedi, recordando sus momentos comiendo con el Comandante Cody y el resto de la 212

-No lo sé, pero sinceramente, podría comer esto todos los días y no cansarme -Añadió Satine, Korkie se mantuvo sonriente, comiendo y riendo con sus padres.

Por fin la vida de los tres había cambiado, y empezaba a ser normal, aunque seguían teniendo sus particularidades.

Si, el capítulo es más corto de lo normal, un momento muy normal, pero a la vez, es un tanto emocional. Espero que les haya gustado, un saludo