Dalia estaba ansiosa por que dieran las ocho de la noche, miraba un programa de televisión para matar el tiempo.
- ¡Dalia si sales hoy mandame un mensaje y no llegues tarde! - grito su madre desde abajo. Era enfermera y le tocaba trabajar el turno de la noche.
- Claro ma - respondió en un grito
Tenía una gran libertad sin embargo no era como que le emocionara demasiado. Se preguntaran, ¿Y su padre?, pues es complicado.
No, para de pensar que es el típico problema de daddy issues.
Su padre vive en la ciudad, su trabajo esta allá, sin embargo el de su madre esta acá, en este pueblo y aunque le dieron a elegir con quien vivir a Dalia le parecía que la mejor opción sería con su madre pues había más tranquilidad.
"Nena, ¿Puedo decir que me quedare en tu casa?, hoy veré a Josh"
Leyó el mensaje que Grettell había enviado y contestó que si, se percató que ya pasaban de las ocho de la noche y tomó su chaqueta, era hora de ir a su lugar favorito.
Cerro con seguro su casa al salir y comenzo a caminar con dirección al bosque, podría sonar tonto, peligroso y cliché pero cuando era pequeña su tía Isabela acostumbraba llevarla ahí, hacían picnics, veían las estrellas, jugaban todo el tiempo, pero no solo era entrar al bosque por entrar, tenían una parte especial en donde las estrellas brillaban más, donde el pasto era más verde y había rocas en las que te podías sentar cómodamente.
« - Lo lamento mucho - hablaba el oficial de policía enfrente de la casa de Dalia
Su madre se desvaneció al piso en cuanto escucho la terrible noticia. Dalia con solo quince años no entendía mucho, no había alcanzado a escuchar.
- Isabela no puede estar muerta - repetía su madre una y otra vez mientras se abrazaba a si misma
El oficial preocupado entro a la casa para ayudar a la madre de Dalia mientras que ella solo podía intentar procesar lo que había oído.
¿Isabela muerta?, pensó Dalia y lágrimas comenzaron a caer por su rostro. Era una total tragedia, Isabela solo tenía veinticinco años, era la más pequeña y apegada de las hermanas de su madre.
Superar su muerte fue demasiado difícil para la familia pero el doble para Dalia.»
Habían pasado tres años desde que ocurrió, Dalia iba todas las noches a aquel bosque, era de alguna manera como sentir a Isabela cerca.
Se recostó en su piedra favorita del lugar, puso música para disfrutar más del momento, veía las estrellas y se preguntaba si este lugar algún día dejaría de ser hermoso.
- He pasado matemáticas Isa, fue complicado pero lo hice - habló. Siempre intentaba mantener al día sobre su vida a Isabela, sentía que de alguna manera la escuchaba.
Su familia era religiosa y aunque ella no estaba segura si creía en el más allá le gustaba pensar que si, por que así no parecería demente al hablar sola en un bosque.
- Realmente no ha pasado nada relevante ya sabes soy muy extraña - rió - Bueno entré a un centro comercial de noche, estarías muy orgullosa de mi eh - bromeó - igual golpeé a un extraño -hizo una mueca - Uno muy torpe, me recordo a uno de tus ex - sonrió
La noche continuó mientras Dalia seguía hablando con Isabela, nadie sabía de eso por que si de por si la veían como una persona extraña con eso la querrían meter a un hospital psiquiátrico.
De regreso a casa caminaba por las calles oscuras del pueblo, no solía tener miedo pues era un lugar muy tranquilo. Su móvil comenzo a sonar avisando que le estaban llamando.
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Compras Nocturnas ©
RomanceLa noche era totalmente misteriosa para Dalia; por que se dormía a las ocho de la tarde, y si ese no era el caso aún así no salía de casa después de esa hora. O al menos eso decían los demás de ella. En el caso de Lorenzo, era totalmente al revés...