Ventajas y desventajas de salir con un jugador de soccer.

06 • Fan girls.

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          Varios mensajes privados en sus redes sociales aparecieron en la pantalla, todos decían lo mismo. Cansada de todo eso, apagó su teléfono.

La pantalla brilló por última vez antes de volverse completamente negra.

Se envolvió entre las sábanas para dormir pero no lograba conciliar el sueño. Sus padres y ella se habían mudado a un vecindario distinto en Inazuma Town, por dicha razón tuvo que cambiarse a otra secundaria para cursar su último año. Sabía que iba a ser diferente pero nunca a tal grado.

En su antigua escuela, todos sabían muy bien que ella había sido una de las mánagers de la selección juvenil de Japón y que llevaba una relación sentimental con el portador del número diez al terminar el mundial. Habían pasado dos años desde el FFI y nunca pensó que las fanáticas de su novio en su nueva escuela les molestara tanto su presencia hasta el punto de llamarle con motes despectivos e ignorarla casi por completo lo que llevaba de año escolar.

Claro que no eran todos en la escuela, pero sí la mayoría de chicas de su grado. No tenía ni a Kuritmasú o Kabeyama con ella, porque ellos se habían quedado en Raimon y los dos amigos que tenía en su clase eran pareja, por lo que Haruna se sentía incómoda la mayoría de tiempo como si sobrara en la ecuación.

No supo en qué momento quedó dormida pero sí que había logrado dormir más que los días anteriores.

Sus padres se encontraban en Kioto, celebrando su aniversario de bodas y la joven no tenía nada planeado para ese día, por lo que decidió quedarse en cama hasta que el hambre se apoderó de ella.

Salió de su cama para ir a prepararse el ¿almuerzo? No se acordó de encender su teléfono móvil al despertar, no sabía ni que hora era.

— Qué extraño, mis padres no vuelven hasta mañana — dijo al escuchar cómo alguien tocaba la puerta.

Quedó estática al ver por la cámara de seguridad a la persona del otro lado de la puerta.

— Sé que estás ahí — oyó del otro lado —haces mucho ruido al caminar.

Cansada de tanto huir de él, abrió la puerta para dejarlo pasar. Y de una vez, vencer sus miedos.

— Tenemos que hablar, y lo sabes — le dijo el moreno, entrando con una maleta.

— ¿Has venido directo del aeropuerto? — preguntó sorprendida la Otonashi.

— Me has enviado un email terminando conmigo el mismo día que he llegado a París — empezó — has bloqueado mi número porque mis llamadas no entran, me has bloqueado de tus redes sociales y lo peor es que ninguno de nuestros amigos lo sabían — terminó, claramente molesto.

— Shuya —

— Si ya no me quieres, por lo menos ten el valor de decírmelo a la cara y no seas cobarde terminando conmigo por un simple correo electrónico — esta vez sonaba dolido.

Él tenía razón.

Haruna bajó la cabeza, avergonzada. Había sido una inmadura y egoísta al terminar con él de esa manera y no darle ninguna explicación.