Ventajas y desventajas de salir con un jugador de soccer.

14 • Broken hearts.

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— Disculpe, está cerrado. — se disculpó ante la persona que entraba al local — Justo iba a ponerle llave a la puerta.

Nonomi hizo caso omiso y se sentó en el banco.

— Vamos, Tobitaka-kun — suplicó la castaña — Me han roto el corazón.

Era conocido por todo el Inazuma Japan que la vecina de Toramaru y ayudante del restaurante "Tora" estaba enamorada del centro-campista y estratega el equipo desde la primera vez que lo vio hace un par de años.

Sin embargo sus sentimientos nunca fueron correspondidos por el portador del número catorce y aunque para ella esto no era problema, no evitó sentirse rota cuando el chico anunció su relación con el chico del parche al público.

— He perdido ante un hombre. — tomó un sorbo a la cerveza frente a ella — Y no, no es nada malo.

— ¿Sopa? — le preguntó el moreno, mostrándole las dos opciones que tenía para servirle.

Tomó un sorbo a la sopa de miso que había elegido y pidió dos órdenes de ramen. Una para ella y una para él.

— Hazme compañía, onegai — sabía que el defensa también había terminado con el corazón roto luego de su ruptura con la dulce de Fuyuka. — Nos entenderemos entre los dos.

Tobitaka suspiró, tratando de no perder la paciencia frente a la chica. Había tenido un día muy agitado.

No solamente se preparaba para los exámenes de su carrera univeristaria sino también el día en el restaurante le había costado su hora de estudio.

Es que Hibiki-san no podía antender el trabajo como antes lo hacía por su incapacidad y necesitaba de Seiya como cocinero, porque el otro empleado recién había empezado.

— ¿Cómo le va a Toramaru? — le preguntó Nonomi. — Desde que su madre vendió el restaurante, él no le habla mucho.

— Es un buen aprendíz. — bebió su soda y sacó un paquete de su mochila. Pensaba estudiar con la chica al lado.

— Oh, ¿estudias para finales? — se acercó al moreno, quien se incomodó ante la invasión a su espacio personal. — Estaré comiendo callada, tú haz lo tuyo.

Al final de cuentas, lo único que quería era no estar sola. Y ver al chico estudiar le divertía mucho, sus muecas y caras de confusión le robaron una que otra risa a la castaña.

— Si quieres puedo ayudarte — se ofreció. Sabía que Tobitaka no era el mejor estudiando, y apenas había podido entrar a la universidad por los contactos de Hibiki. Y no era que el chico estudiaba una carrera fácil. — Trabajo medio tiempo de tutora en la secundaria; puedo servirte en algo.

Y así, ambos lograron terminar la cena.

Tobitaka entendía un poco más el tema de logística y Nonomi se sentía tranquila por primera vez desde la noticia de Kidou.

— Tobitaka-kun — le llamó — ¿Cómo haces para soportarlo? El dolor de no ser correspondido.

El portador del número siete soltó un suspiro. No era bueno en el tema del amor y ni él sabía cuanto tiempo le había tomado superar a la peli-lila.

— No puedes evitar el dolor — le dijo — Eres humana y vas a sentirlo porque te importa esa persona. Pero si es amor verdadero, te darás cuenta que la felicidad de esa persona es felicidad tuya, a pesar de que no está contigo.