15. Cupping therapy

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Fuyuka no paraba de tamborilear sus dedos en la mesa. Era manía suya el hacerlo cada vez que se concentraba en alguna cosa o sentía nerviosa.

— ¿Estás segura de haber visto eso? — preguntó Natsumi frente a ella. — No es que no te crea, pero dudo mucho que Fudo sea capáz de hacer algo como eso.

— ¿Cómo puedes siquiera saber lo que es capáz de hacer y que no?

— B-bueno, — tartamudeó nerviosa la Raimon — Es que se ve que quiere algo contigo y dudo mucho que pierda su chance por algo tan superficial como eso.

— Pero estuvo tan cerca mío, ¡yo sé lo que vi! — se paró de la silla —¡¿Dónde está Haruna?!

— Le tocó inventar una excusa para poder salir del club de periodismo a esta hora. Ya viene en camino.

— ¿Sabes? Hemos intercambiado papeles debido a este lío — volvió a sentarse la peli-lila, tratando de calmarse — Normalmente eres tú la neurótica.

Ambas chicas se encontraban en el patio de la residencia Raimon. Fuyuka había citado a sus amigas luego de haber visto algo inusual en el cuello y abdomen del jóker del equipo.

Hace dos meses y medio que el Inazuma Japón se disolvió luego de haber ganado la copa en el Torneo del FFI por tercer año consecutivo.

A pesar de haberse disuelto, los chicos jugaban y entrenaban en el campo cerca de la ribera del río de vez en cuando al terminar las clases en la preparatoria.

— ¿Has tratado de llamar a Aki?

Natsumi negó, mostrándole la hora en su teléfono móvil.

— Ha de estar dormida. Son las tres de la mañana en Miami.

— A mal tiempo se fue a vacacionar con su familia. — se lamentó, tomando su laptop — ¿Crees que llamarle a Rika es un método desesperado?

Debido al mal carácter de la Kudou, la castaña sudó frío y mandó un mensaje a la menor del grupo para que se apresurase a llegar.

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Haruna corrió con más prisa luego de leer el mensaje de su amiga, donde la Raimon le imploraba que llegara en cinco minutos o Fuyuka llamaría a la morena.

— ¡Ni se te occura llamar a Rika hasta confirmar la información! — dejó una nota de voz en el mensaje. — Fudo me las pagará cuando esto se aclare.

Debido a la prisa que llevaba, y por estar intercambiando mensajes con Natsumi, la futura maestra se pasó varias luces rojas.

Ella ni cuenta se dio de los dos accidentes que estuvieron a punto de pasar por su despiste.

— ¡Oye! ¡Devuélvemelo! — gritó a la persona con casco que le arrebató el teléfono de la mano — ¡Dios Mío! ¡UN LADRÓN!

Siguió la motocicleta lo más rápido que sus piernas le permitían.

— ¡AYUDA!— gritaba a todo pulmón a los demás transéuntes, quienes no entendían muy bien lo que pasaba.

Siguió al ladrón hasta un callejón sin pensarlo dos veces.

— Otonashi, ¿es que no prestas atención a los adultos? — se bajó la persona de la moto — ¡No puedes seguir a un desconocido hasta un callejón como una idiota! ¿Y por qué no vez a ambos lados antes de cruzarte alguna calle?

Ventajas y desventajas de salir con un jugador de soccer.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora