18. The life of a manager

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Aki regresó a la cocina después de quince minutos hablando con los chicos del equipo.

— Kabeyama quiere más... ¡¿Qué fue lo que pasó?!

Natsumi estaba parada junto a la estufa. La olla a su lado sacaba todavía un poco de humo, y de no haber sido por Fuyuka activando el extinguidor, todo se hubiese quemado.

Debido a ésto, la espuma del extiguidor estaba revuelta por toda la cocina y el cabello de Natsumi quien estaba aún sorprendida debido a lo acontecido.

Fuyuka todavía sostenía el extinguidor y se encontraba sentadita en una de las esquinas de la habitación. Miraba a la nada, y tenía un pequeño golpe en la frente que se hizo con el tubo rojo al arrancarlo de la pared con mucha fuerza.

Toko le ponía venditas en las manos a Haruna pues se había quemado con las llamas cuando éstas crecieron en el momento que ella quiso apagar la cocina.

Rika, por su parte había tratado de apagar las llamas con una manta que acabó agarrando fuego. Estaba empapada de agua y se secaba con una toalla.

Toko, quien había terminado de poner las venditas en las manos de la peli-azul más joven, comenzó a trapear el agua del piso. Había sido ella quién le lanzó agua a Rika cuando la mantita agarró fuego.

La líder de las gerentes no lograba entender cómo todo eso había pasado en los pocos minutos que se fue. Y cómo la alarma de incendios no había sonado.

Hasta que vio como Haruna escondía un martillo y como dicho aparato que debía estar pegado en el techo de la cocina, estaba ahora destrozado en la mesa.

— ¿Me pueden explicar? — la peli-verde estaba atónita — ¡Solo me fui por quince minutos!

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En una entrevista.

Y dígamos, señorita Kino— seguía el entrevistador— ¿No es muy difícil estar a cargo de un grupo tan grande como el de Inazuma Japón?

La peli-verde miró al hombre frente suyo y luego a sus compañeras gerentes.

Fuyuka jugaba con sus manos, recordando la vez en la que tuvo que amordazar a Tsunami y darle de comer como si fuera un bebé para que se terminara su plato de arroz con zanahoria.

También recordaba como tuvo que detener a Tobitaka y Toramaru de acabarse todos los ingredientes de la compra de la semana ante la competencia de cocina que habían armado luego de una discusión.

Natsumi recordaba la vez en la que Endo y Tachimukai habían regresado al hostal luego de una tarde de práctica con neumáticos. Era normal que practicaran, claro estaba.

Sin embargo, lo que había enfurecido a Natsumi fue que los castaños habían practicado afuera bajo la lluvia y sus uniformes recién lavados estaban ahora llenos de lodo y manchas de sangre. Porque Tachimukai se había roto la naríz cuando detuvo el neumático con su rostro por error.

Ventajas y desventajas de salir con un jugador de soccer.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora