ꪔ̤̮𖡂 |Conejillo de Indias ©yeonbin ¡ˏ'୭̥

14

Soobin se encontraba esperando a su hyung en una banca que se encontraba al frente de la cafetería donde frecuentaban ir Yeonjun y él.

Estaba nervioso y mucho, sería su primera vez.

Se había bañado cuidadosamente, se había vestido con un jean incómodo y apretado pero que le quedaba bien, zapatillas blancas, camiseta negra y un suéter blanco que le llegaba hasta los muslos, e incluso llegó a maquillarse levemente. También se puso un bálsamo sabor fresas que esperaba que su hyung notara.

Ahora estaba jugando con sus manos esperando al mayor, había llegado 5 minutos antes de la hora acordada.

Y divisó a lo lejos una silueta familiar, era Yeonjun y ¿se veía más atractivo de lo normal? tenía una camiseta gris con un chaleco de cuero sin mangas, un jean con rasgaduras en las rodillas y botas negras, definitivamente se veía guapo.

Se paró para ir hacia él y lo abrazó por el cuello.

—¡Hyung, está aquí!—se acurrucó y disfrutando de la colonia varonil que desprendía su mayor, disfrutó del contacto.

—Hola Binnie.—abrazó por la cintura a su menor e hizo que este levantara la vista, normalmente lo veía con el uniforme de la universidad y raras veces con ropa casual pero el atuendo que llevaba lo hacía ver muy lindo.

No se lo esperó pero fue besado por su menor, sintió algo más dulce en estos y tratando de descubrir que era, acercó más el cuerpo ajeno al suyo profundizando así el beso. Relamió con la lengua los labios de Soobin y así sintió que este se había puesto un bálsamo, ahora sus labios eran más apetecibles de lo que ya los eran.

—¿Binnie te pusiste bálsamo?

—S-Sí.—lo había notado, se sintió alegre—¿l-le gusta?

—Sí.—lo besó de nuevo lamiendo sus labios y disfrutando del sabor del labial—mucho, diría yo.

—G-Gracias hyung, me lo pondré seguido.—feliz de haber escuchado eso de su mayor enrolló sus brazos en el cuello de este y lo besó de nueva cuenta.

—Me parece bien, Soo.—le sonrió y recibió a su menor.

Pero no iban a comerse en pleno pasillo de centro comercial. Soobin se separó.

—Yeonjun, ¿a dónde iremos?—preguntó intrigado. Solo le había dicho centro comercial, ¿acaso entrarían a una tienda de ropa y lo harían ahí? no tenía mucho sentido.

—Ah, a un hotel, Binnie.

Su cara enrojeció de golpe ¿a un hotel? él nunca había entrado a un hotel a hacer...eso.

—Hay uno a cinco cuadras, tomaremos un taxi.

—Está bien.—habló con tono bajo, estaba avergonzado, realmente mucho ¿pero que esperaba? él ya sabía que hoy día perdería definitivamente su virginidad, no tenía porque avergonzarse.

—Bien, vamos.—tomó de su mano y entrelazó sus dedos con los del menor, Soobin de repente se sintió nervioso, como si nunca hubiera besado a su hyung y como si no fueran novios se sintió tímido; caminaron hasta afuera del centro comercial y tomaron un taxi.

Ya dentro del taxi Soobin recordó de algo importante.

—Y-Yeonjun-hyung, olvidamos algo...

—¿Qué, Soobinnie?.

—Los c-condones.—su cara enrojeció de tan solo haber pronunciado tal palabra.

—Oh, no los he olvidado Soo, mira.—sacó de su bolsillo tres bolsitas negras en forma cuadrada, con forma al centro de circunferencia, por los condones que sobresalían.