Ana
El chico sonríe amablemente al profesor y empieza.
—Pues mis aficiones son la lectura, los videojuegos y me gusta escuchar música, mis padres intentaron que tocase el piano, pero no se me dio bien como ya os he dicho y lo dejé. También me gusta ver anime, por supuesto.
—Eres un friki. —murmura y el propio Andrés se ríe, incluso hace bromas con ello, parece amable y a la clase le cae bien.
—¿Algo más? —pregunta el profesor.
—Dejé los estudios, ahora he vuelto a terminar lo que empecé y entrar en la carrera que quiero, que es matemáticas, todavía no sé si hacer un doble grado con algo de contabilidad o empresariales. —inmediatamente todos nos giramos hacia él.
—Has vuelto a los estudios, cuéntanos porqué te tomaste ese descanso de todo esto. —dice el profesor intentando saber también más de él. Todos esperamos impacientes su respuesta.
—Profesor, usted sabe perfectamente todo de mí, si quiere que cuente mi vida solo pídamelo. —dice él divertido.
Todos se ríen de nuevo con él y el profesor asiente divertido.
—Soy de Madrid —comienza Andrés con un tono más serio—, me vine a vivir hace un tiempo ya, vivo solo cuidando a mis hermanos, trabajo y ya no pienso contar más porque no creo que sea necesario.
Me quedo callada. Es mayor de edad, cuida de sus hermanos y trabaja.
Me mira cuando me quedo varios segundos sosteniéndole la mirada y sonríe de lado de nuevo, es muy atractivo, bastante.
Todos nos dicen sus nombres y noto miradas demasiado cariñosas de algunos chicos cuando me miran.
No es tan difícil identificar al típico baboso.
Cuando las clases terminan todos salimos y nos dicen que van a quedar para tomar algo en el bar de enfrente y que me vaya con ellos. Yo acepto.
—Andrés vente, no te vayas. —le dice un chaval.
—Gracias tío, pero tengo que irme.
Él desaparece y yo me voy con ellos, nos tomamos algo y me hacen la pregunta, mucho habían tardado en preguntar por mis padres, yo contesto y ellos me miran curiosos. Parece que hay más.
—¿Tienes novio? —pregunta una chica demasiado interesada.
Niego con mi cabeza.
Media hora después vuelvo a casa y mis padres me han dejado la comida en el microondas.
Cuando llego al salón los veo y me están esperando.
—Hola. —saludo antes de sentarme.
Mi padre se come el último trozo de carne y mi madre empieza con las patatas. Ellos me acosan a preguntas y yo no puedo evitar preguntarle a mi padre. Necesito saberlo porque soy muy cotilla.
—¿Quién era esa mujer?
Mi madre parece que sabe también a lo que me refiero.
—Asuntos sociales, querían saber algunos datos por si él solo podía mantener a sus hermanos. Por lo visto su padre les pasa dinero, están separados o eso me ha dado tiempo a escuchar. No es una separación como tal, no sé cariño, es raro.
—¿Y su madre?
Ellos se miran.
—Ana, no nos concierne a nosotros hablar de datos personales de nuestros alumnos.
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A T A R A X I A [1] A La Venta
Teen FictionElla tenía heridas, él era medicina. Ella tenía miedo, él le daba confianza. Ambos se necesitaban. Eran dos polos opuestos que cuanto más se alejaban más se querían. Dos mundos diferentes unidos por un hilo rojo. Pero el destino les tenía una segun...