Sensei | Yaribu

𝐏𝐫𝐨𝐥𝐨𝐠𝐮𝐞 🔞

𝐊𝐢𝐲𝐨𝐬𝐡𝐢 𝐅𝐮𝐣𝐢𝐦𝐨𝐭𝐨 藤本

Era un lindo nombre. Pero creía que le quedaba mejor

𝐄𝐫𝐨𝐬

—... Por eso creó que no es malo seguir el camino de Dios... si todos estamos aquí por una razón especial, deberíamos disfrutar de la vida mientras cumplimos con nuestra misión. —.

Tamura Yui estaba absolutamente seguro de que el plan que el magnífico Dios tenía para él era ser follado por su profesor de religión.

《 Dios padre, deja que este ser divino sea el que me suba al cielo. 》

No podía aceptarlo, no podía. Su profesor era perfecto, perfecto para estamparlo contra el escritorio mil veces seguidas, para hacer de su hormonal cuerpo un desastre cada que se sentía caliente, de poder tenerlo como dueño y llamarlo "papi" cada vez que tuviera la oportunidad o sus cuerpos se pegaran cual papel y pasta cruda con el sudor que caería por sus cuerpo al hacer el amor.

《 Si a Dios le gusta que hagamos el amor y no solo tener "Sexo", entonces hazme el amor cada que me sienta cachondo y me porté mal. 》

Su Sensei era perfecto para ser modelo de alguna revista Playboy por ese cuerpo que tenía. Jesús María y José. Podía imaginarse debajo de ese gran cuerpo blanquecino derramando sudor sobre él. De ser acorralado por aquellos bíceps cuadrados y fuertes, poder clavar sus uñas en ellos mientras enrollaba las piernas en su cintura marcada y pulcra. Quería que su maldita cama se moviera y rechinara hasta quedar destartalada por haber hecho tanto el amor  con su hermoso profesor.

Es que todo de el era perfecto. Sus dientes blancos chocando con los de él por los besos toscos y salvajes que ansiaba darle, imaginaba sus labios finos y rosas besando su cuello en descenso, sus dedos jugando con sus pezones de forma tortuosa, y su enorme pene embistiendole duro y profundo, formando un enorme desastre con su alborotado cuerpo. Incluso soñaba con poder lamer su perfume, rociado en ese grueso cuello, pasando descaradamente su lengua por aquella manzana de Adán, mordiendo su clavícula y gimiendo alto, muy alto, para que así el mismísimo Dios supiera que Tamura Yui disfrutaba del paraíso que tenía entre las piernas su Sensei. Era tan perfecto.

Lo era para todo, menos para seguir el camino del bien. Tenía que pensar en soluciones rápidas, hallar la manera de hacerlo flaquear. Lo ansiaba, lo ansiaba con toda su Alma. Poder ser él la primera vez de su profesor, la primera vez con un hombre. Quería que su Sensei se perdiera por el mal camino que eran sus muslos, que los apretara y amasara tanto como desease, quería que cayera en el abismo del pecado que eran sus manos expertas en el arte del sexo; de masturbar su pene y encargarse de hacerlo sentir bien. Tamura rezaba para que su Sensei decidiera ser un chivo negro, que máscara en el campo que eran sus glúteos y su miembro, permitirle devorar todo su impuro cuerpo hasta llenar su estómago. Quería volverlo adicto al paraíso en donde estaba, llamarlo suyo frente a todos los miembros del Yaribu.

Escupirles que él había logrado corromper a su sensual profesor, y que se lo quedaría todo para él. 

Pero debía de actuar rápido.

— Kiyoshi-Sensei, ¿qué tipo de tentaciones debemos de ignorar? Y, ¿Nos alejamos para siempre del camino del bien si decidimos pecar así sea una sola vez? . —

Si, debía de actuar rápido. Ya habían muchos demonios queriendo corromper a su hermoso profesor.

Shikatani era un ejemplo.
Su presidente también era un obstáculo.

PERDITODAMIERDAAAAAAA--

en fin, Nanami mi varón, Toji mi amo.