𝐂𝐚𝐩í𝐭𝐮𝐥𝐨 𝐝𝐨𝐬

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—Escuché que el Sensei de religión es un ángel caído del cielo.
¿Creen que pueda meterme su llave del paraíso entre las piernas?

Tamura, no seas asqueroso.

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Las mañanas comenzaban con el pie derecho para Toono solo cuando lograba despertar mucho antes que la alarma de su celular

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Las mañanas comenzaban con el pie derecho para Toono solo cuando lograba despertar mucho antes que la alarma de su celular. Pero este no era el caso. Un domingo frío y resplandeciente daba reflejos avellana en su cabello castaño desordenado, los rayos del sol colándose por su ventana hasta hacer brillar aquellas lindas pestañas, simular ser un bálsamo en sus labios finos y humedecidos en saliva mañanera, hacer que su pulcra piel simulará soltar pequeños destellos de serena belleza.

Su cama estaba tan cálida y cómoda, lo protegía del horrendo frío del ambiente ese día. No tenía planeado despertar temprano, no lo haría por nada del mundo, ni aunque lo esperará una sorpresa enorme detrás de la puerta de su habitación, o que su celular empezará a vibrar y no se detuviera hasta que sus dedos torpes pulsaran el botón morado que decía en letras mayúsculas "Despierta".

Si así fuese el caso, se perdería aquella tonta sorpresa y dejaría cantar a su reloj robot todo lo que quisiese. Nada podría interrumpir su increíble sueño.

Sensei | Yaribu Donde viven las historias. Descúbrelo ahora