𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 𝐝𝐢𝐞𝐜𝐢𝐬é𝐢𝐬-¡𝑪𝒂𝒎𝒑𝒂𝒎𝒆𝒏𝒕𝒐 𝑺𝒆𝒙𝒖𝒂𝒍!

655 91 34
                                    

—Que Dios ayude a Tamura

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


—Que Dios ayude a Tamura. Que Dios se apiade de él y sus deseos. Para que así, Dios pueda regalarle lo que más anhela.

O al menos le de la oportunidad de intentarlo.

Inodoro-Chan está más que feliz este lunes

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Inodoro-Chan está más que feliz este lunes. Desayunó pan tostado, una total eminencia siendo inodoro-Chan un amante total del pan. Se cepillo los dientes, pero no peinó sus cabellos. Tener el pelo así de desordenado era un sello en su personalidad, pero tenerlo ASÍ de desordenado solo sucedía en ocasiones especiales, donde no se ocupaba mucho de su apariencia, por que algo mantendría su cabeza ocupada todo el día.

—¿Por qué tan feliz Tamura?.—

Kiyoshi alias "que bueno que está" le pregunta a Inodoro-Chan por su sonrisa y su falta de atención. A lo que le responde, con una sonrisa bastante tierna a ojos del profesor, con los cachetes calientes y los ojos brillosos en esperanza, que su lindo ángel ha mostrado una faceta con él que nadie más conoce. Inodoro-Chan cree que ni siquiera Kiyoshi ha de conocer esa parte de él.

Fujimoto le pregunta, tratando de adivinar, si es que de casualidad Yaguchi lo había tratado como trapo sucio de cocina.

—¿Cómo adivinó?.— pregunta él, curioso, celoso.

—Conozco a Kyo desde que era un niño pequeño.—. Le dice el profesor, ya acostumbrado a tenerlo allí luego de la hora de clases. Se sentía acompañado, y tal vez, muy feliz. Al menos unos momentos. —En ese entonces era un niño tan tierno... ahora lo es más que antes.

Tamura concuerda con Kiyoshi, ciertamente celoso de no saber como era kyosuke de pequeño, pero por sobre todo totalmente de acuerdo con él.

—Oye.... Tamura.—. Kiyoshi pide de su atención, acomodando los libros nuevos en su estantería.

Esos libros no se quedarían mucho tiempo. Igual que él.

Tamura tararea con un tono meloso y le hace saber que lo escucha. Mientras confirma su atención, aprovecha para bucear con su mirada, a pesar de estar muy lejos, mucho más a como le gustaría,perdiéndose en las colinas perfectas de su pantalón. Tamura, tal vez hipnotizado por la perfecta C que marca la tela del pantalón, y que parece estar por romperse si Kiyoshi se agachaba a recoger algo, decidió pensar.

Sensei | Yaribu Donde viven las historias. Descúbrelo ahora