🍄 𝙋𝙚𝙧𝙙ó𝙣𝙖𝙢𝙚 𝙥𝙖𝙙𝙧𝙚, 𝙨𝙤𝙮 𝙪𝙣 𝙘𝙝𝙞𝙘𝙤 𝙢𝙖𝙡𝙤.
Porqué su maestro era, sin duda alguna, la encarnación del deseo; de la pasión, la lujuria y el fuego. Lo malo era qué, para la desgracia de todo el 𝐘𝐚𝐫𝐢𝐛𝐮, su 𝙎𝙚𝙣𝙨𝙪𝙖𝙡 p...
El divertido club sexual y su extraño navío de tranquilidad.
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He tenido visiones... premoniciones, sueños... donde me inmovilizan brazos enormes comparados a mi delgado cuerpo, me separan de la soledad, me hacer acercarme a una superficie suave y cálida. Y en medio del proceso, deduzco una voz conocida muy lejos de mi alcance auditivo, pero que choca su aliento en mi oído y me pide tranquilidad y paciencia.
Van varias noches, al rededor de las doce, y ya no se que puedo hacer al respecto. ¿Acaso fantaseo con alguien?. No es la primera vez que tengo sueños húmedos, o que me excito con facilidad de solo recordar a alguien, pero este tipo de sueños; en los que me arropan en desnudez y me consuelan el alma con tanta suavidad y cariño, me asustan y confunden. ¿Acaso esto contaba como un sueño húmedo?, tal vez pueda ser un derivado, pero eso no me quita la duda o el terror de caer enamorado de alguien más. Alguien a quien no puedo ver, pero su voz, aquella que acaricia mi nuca con cada palabra susurrada junto a su aliento fogoso no es nueva para mí. Juro haberla escuchado en algún lado, casi todos los días.
—Tamura.-
Fueron tantas las veces que quise responder, darme la vuelta para encararlo, pedirle que cumpla todas sus promesas murmuradas contra mi oído en medio de la noche, y besarle. Sólo porque yo quería hacerlo.
