𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 𝐪𝐮𝐢𝐧𝐜𝐞 - 𝐀𝐦𝐚𝐦𝐞

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Mis más puros y honestos sentimientos por ti.


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—Hoy, el Yaribu atraviesa una tragedia

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—Hoy, el Yaribu atraviesa una tragedia.—. Kashima no puede mantenerse quieto en su sitió, su pierna izquierda se mueve de arriba hacia abajo una y otra vez.

¿Alguno de ellos sospechará de él?.

—Yo estoy seguro de que los del club de baloncesto tienen algo que ver con esto. —. Tamura da su opinión.

Está sentado en el sofá en medio del salón, con los pies descalzos y en posición de indio. Yui suda como un cerdo en verano sin charco en donde refrescarse. Está seguro de que todos ya saben que fue él el que los traiciono con Fujimoto. La insistente mirada de Yuri sobre él le asegura su sospecha.

—¿Por qué dices eso, Tamura?.— . Toono pregunta, con cierto interés sobre el tema.

A pesar del disturbio y la sospecha que hoy abunda dentro del salón, Takashi Toono prefiere concentrarse en otras cosas. No le podría importar menos si es que de un día para otro el Yaribu deja de existir.

—Fue porque Shikatani le pateó las bolas a uno de esos postes de luz.

—¡Si vas a contar la historia, al menos hazlo bien!.—. Itsuki grita con rabia desde el otro extremo del salón, buscando en sus escondites sus juguetes.

Tampoco estaban, y esos eran especialmente de él. Quién sea que haya hecho esta broma, tiene que ser alguien muy cercano. O en su defecto, un estudiante muy frecuente.

—¿Pasó algo, Shikatani-Senpai?.—. Tamura chista celoso de que sea Shikatani el que goce de oír su nombre acompañado de ese increíble honorífico.

A veces suele imaginar que Yaguchi le llama, recitando la palabra "Senpai" de manera delicada con sus angelicales labios rechonchos. Casi puede sentir el pene duro de la emoción.

—Bueno, verás; uno de esos tipos suele acosarme. No es nada que una patada en las pelotas no pueda controlar. Pero es bastante molesto que llegue a estos extremos otra vez.—

—¿Otra vez?. — Toono agradece ese extraño cariño que Shikatani le tiene.

Porque además de cariño disimulado por ese velo bravío y tosco que lo define, está esa confianza que extrañamente consiguió ganarse. Y Toono aprecia a las personas que son capaces de confiarle secretos o historias que no son para todo el mundo. Por otra parte, Shikatani, distraído en ese asqueroso recuerdo del jugador de baloncesto y su insistente capricho por querer follar con él mientras le grababa, le hizo apoyar la mano en los brazos cruzados del castaño de manera inconsciente, queriendo poder apoyarse en alguien debido al amargo y desagradable recuerdo que almacena solo para él, como si de tan solo pensar en todas aquellas ocasiones desesperantes se ahogara en un charco de lodo fangoso, sin poder salir a tomar aire, sin poder abandonar todo lo que ocurrió. Se siente como una clase de hipócrita, pero el sentimiento no es tan fuerte comparado al sentimiento de repugnancia que golpea su intestino delgado y le hace querer vomitar. Es asqueroso, sabe que a los tipos que les encanta grabar casi siempre tienen mañas horribles a la hora de tener sexo. Tales como ahorcar, azotar genitales, escupir en hoyos sin consentimiento, palabras estúpidas que tratan de sonar calientes y sucias. Todo de esos tipos da asco.

Sensei | Yaribu Donde viven las historias. Descúbrelo ahora