DIFERENTE.

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—¡Es nuestro almuerzo!— me contesta Off.

Veo el comedor, hay un montón de bolsas sobre la mesa, reviso una y es comida.

Voy a la cocina donde encuentro un desastre, Off está en el lavabo, echándole agua a un sartén, hay recipientes, ollas, sartenes, cucharas, tenedores y cuchillos e ingredientes en la encimera y lo que estoy muy seguro que es un huevo roto en el suelo.

— Jajaja ¿ Que pasó aquí?.

— Tu esposo cosinando—dice Off.

— Con que mí esposo e— le digo recargando me en el refrigerador.

Off deja el sartén en el fregadero y se acerca para tomarme por las caderas.

—Ajam, temo decile que ya que no tiene trabajo, no le queda de otra que aceptar ser mí esposo— dice seductor Off.

— Esposo... Creo que me gusta— le digo acercándome ala estufa, la cual sigue prendida.

Tomo un sartén limpio y vivo, ya que los del fregadero parecen haber muerto en manos de Off, tomo un par de huevos y los echo al sartén.

—¿Podrías pasarme la sal?.

—Por supuesto— dice Off entregando la sal.

Siento su respiración en mí cuello, al igual que su calor corporal y mí sistema nervioso se activa.

Esas grandes y maravillosas manos empiezan a explorar mí cuerpo, con caricias sutiles.

— Papii... Estoy cocinando.

El hace oídos sordos, una de sus manos se interna en mí suéter a la par que siento sus labios en mí cuello.

— Papii...- jadeo y apago la estufa, el desayuno puede esperar.

— Mmmm...— ronronea Off en mí oído.

Sus caderas se mueven hacia adelante y siento su dureza, la excitación empieza a manifestarse  en un abrazador calor dentro de mí.

Desde el encuentro que tuve con el en casa de Oab, no he tenido sexo y la verdad no tenía ni ganas, pero vasta tenerlo cerca para ansiarló y desearlo.

Off me gira y me besa, su lengua se abre paso de una en mí boca y sus hábiles dedos trabajan sobre el botón de mí pantalón, libera del ojal el botón y estos caen hasta el suelo, no tardó en patearlos fuera.

Entre acalorados besos salimos de la cocina, cosas caen en nuestro trallecto a la sala, mientras yo desabrochó el mandil y lo lanzo lejos, lo mismo hago con su camiseta y pantalón.

Llegamos prácticamente desnudos a la sala, Off no lleva nada más que su ropa interior, yo aún conservo mí suéter, mis calzones se quedaron en el camino.

Soy empujado delicadamente en el sofá, Off se posiciona sobre mí y todo el frenesí de hace un instante cambia por completo, su mirada me recorre lentamente, mientras acaricia mis piernas.

—Me encanta tu suéter... Te hace ver sexi— dice Off.

Su voz ronca consigue estremecer me, con mí mano hago un recorrido desde su ombligo hasta sus labios.

— Me encanta tu ropa interior— le digo coqueto.

—Jajaja, eso explica porque es lo único que me dejaste.

— No, eso explica que me gusta más ver cómo tu te la quitas.

La mirada que me lanza hace que me remueva en mí lugar y que un cosquilleo muy conocido empiezè a recorrerme.

Tu(Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora