ABANDONADOS (ENHYPEN)

Cross the line

Heeseung sentía dolor por irse, sobre todo por Sunoo, a quien, ya estaba establecido para todos, amaba con su alma entera, a quien demostraba su incondicional sentimiento de un millón de maneras. Sunoo era lo que mas amaba y todos estaban conscientes de ello.

Lee estaba decidido, de que cruzaría la línea hacia otro mundo, para hacer su deber como le tocaba. Así que una noche, mientras todos dormían, escribió una carta para Sunoo asegurándole que volvería, que siempre estaría a su lado, y que haría lo debido para salvarlo a el y al resto de los chicos.

Heeseung, con el corazón adolorido, dejó la nota sobre la cama de Sunoo mientras dormía... Y con suavidad, se despidió de el con un beso en la mejilla.

Después, dibujó en el suelo de madera, símbolos extraños, que eran parecidos al coreano tradicional, pero que no formaban frases entendibles, sino que solo eran palabras al azar. Miedo, soledad, odio, paz, luz, fuerza y lagrimas, eran solo algunas de las palabras escritas sobre el suelo con sangre que brotaba de la mano de lee.

Me quitas todo
Mi sangre, mis lágrimas
Y algo más, más
Me quitas todo
Mi baile, mi respirar
Y algo más, más

Me quitas todo

Mi sangre y mi sudor
Mi cuerpo y corazón
Yo sé bien que están bajo tu hechizo
Solo para castigarme y ser tuyo

Heeseung repitió estas palabras en susurros mientras se encontraba recostado sobre los símbolos, por alguna razón, sentía indiferencia de repente, como si no le importase el hecho de irse sin explicación, como alguien que se aleja sin mediar palabra y no le interesa voltear atrás.

Heeseung cayó inconsciente con suavidad, dejando de percibir sus sentidos, como una esfera de energía flotante, después, sintió que se encontraba sobre un colchón suave, cómodo y ligero..... Sus ojos se abrieron después de soltar un suspiro.

Se incorporó del colchón y observó el lugar. Una habitación con paredes blancas y piso de madera clara, una habitación cómoda y brillante, con un gran ventanal por el que entraba luz natural... Relajante. Junto al colchón, había una sabana grande color amarillo, un par de cosas en el suelo y cortinas blancas que se agitaban con la delicada ventisca.

La vestimenta de lee era completamente blanca, mientras que, por la ventana se asomaba la silueta de un globo amarillo. Lee observó la sombra sobre la ventana y se incorporó para abrirla. Era un globo color amarillo intenso, que parecía enlazar por cuenta propia su pequeño cordón a la muñeca de Lee.

Al mirar el cordón enlazado, escuchó una suave voz preciosa que cantaba desde uno de los rincones de la habitación. Heeseung desplazo su mirada hacia el origen del sonido, y divisó una pequeña luz que brillaba en blanco debajo de la sabana amarilla. La voz seguía cantando.

Al retirar la sábana, notó sobre el suelo un objeto que aparentaba ser un pedazo de cristal, un fragmento de algo que se había roto. Heeseung lo tomó entre sus manos asombrado por el eterno brillo, y el cantar que provenía de aquel cristal.

-su voz.....- susurró Heeseung. -es solo un fragmento, faltan los demás-.

Heeseung se apresuró a la puerta de la habitación, estaba cerrada, pensó por unos minutos en como abrirla mientras se rascaba la nuca, suspiró para calmarse y observó a su alrededor ¿hay algo aquí que me ayude a salir?. Al no encontrar salida por la puerta, se dirigió a la ventana mientras el globo parecía indicarle el camino hacia afuera de la ventana. Lee guardó el fragmento en su maletín.

Asomó por completo su cabeza por la ventana, no había absolutamente nada abajo, como un vacío oscuro que resplandecía por millones y millones de estrellas en lo que parecía ser cielo negro que había aparecido conforme lee observaba el exterior.... De un cielo azul con nubes esponjosas, a un cielo negro con estrellas brillantes.