Day One: J

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La carretera estaba vacía, los bosques silenciosos, densos... Oscuros.... La noche había caído ya desde hace un rato. El sonido del motor de la camioneta era lo único que existía ahora para los oídos del joven del asiento trasero. Con una expresión de cansancio, aburrimiento y cólera por el largo viaje.

Su cabeza apoyada junto a la ventana le daba la comodidad para acurrucarse sobre el asiento, atrapando poco a poco el sueño.

La sensación le hacía ver la carretera oscura, que debía parecer intimidante; como un trecho largo y sin final que se repetía ante sus ojos, todo lo que percibía era la punta de los árboles, suficiente para causarle intenso desinterés en lo demás.

-se nos acaba la gasolina, tenemos que parar

Dijo la voz masculina del conductor; que sustrajo al joven de su relajación e interrumpiendo su sueño.

-oríllate y estaciónate en el terreno

Mencionó su acompañante femenina, su esposa, que observó al joven por el retrovisor para asegurarse de que era lo que estaba haciendo en ese momento.

El joven abrió sus ojos y miró a sus padres con cierta confusión y distracción, notó que.... A pesar de que la camioneta ya no tenía combustible, sus padres sonaban..... Tranquilos.... Serenos.... Algo que no solía suceder a mitad de carretera oscura y en la madrugada.

-¿Cómo? ¿Sin gasolina? Imposible

Dijo escéptico, con un tono vago y plano, en realidad no tenía que expresar nada ya que... Energía era lo que le faltaba. Solo quería llegar a casa.

-no sé que sucede, hijo, el tanque estaba completamente lleno al salir... Veré cual es el problema

La camioneta se detuvo en un gran lugar aparentemente vacío, lejos de los árboles, no se podía ver mas allá del cofre delantero, solo el color negro del exterior.

Ambos padres tomaron las linternas que traían equipadas en sus maletas y bajaron. El chico escuchó como murmuraban cosas a bajo volumen e inentendibles para él. Eso solo le puso los sentidos en aun mas confusión, ¿Qué se supone que debían hacer si se había terminado el camino en un lugar así?.

El joven estaba muy cansado, sus ojos amenazaban con cerrarse, volvió a acomodar su espalda sobre el asiento al recostarse, colocando su cabeza en la almohada, su mirada en el techo aburrido y simple de la camioneta. Poco a poco iba cayendo en lo profundo del sueño, solo se dejaba llevar, a este punto.

-hijo, quédate aquí, tu madre y yo nos encargaremos... No te preocupes... Descansa... Iremos a ver si hay más autos pasando por aquí para que nos ayuden

Apenas y escuchó la última parte de lo que su padre le decía.... ¿Otros autos? ¿Quién en su sano juicio se acercaría a la carretera a altas horas de la madrugada a pedir ayuda? No existía probabilidad de que hubiera alguien a esa hora andando por ahí además de ellos. El joven solo asintió sin más y cerró sus ojos.

Lo último que escuchó fue el cerrar levemente brusco de la puerta del acompañante, donde bajaba su madre, las luces del interior se apagaron y ambos padres dejaban ruidos de sus pasos alejándose. La camioneta estaba vacía, solo con él dentro.

El jóven venció, y cayó en un profundo sueño. Un sueño dónde su mente no existía y ni siquiera su conciencia, como si hubiese desaparecido el todo, incluyéndolo a él mismo, un sueño que duró un par de horas en las que se mantuvo en una misma posición sin siquiera sentir el frío entrando por la puerta abierta del conductor. Parecía que se había ido dejando su cuerpo detrás, como cuando la lluvia se va solo dejando detrás de sí charcos gigantes en las calles y la tierra húmeda con olores frescos en el aire.

ABANDONADOS (ENHYPEN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora