:: Capítulo Veintiocho ::

538 37 87
                                    


Buenas noches mis queridísmas lectoras! Cómo están? Yo agotadísima pero feliz de estar de vuelta tan pronto con este nuevo cap de mi locurita.

No les puedo explicar lo emocionada que me siento hoy, porque después de casi 6 años por fin llegué a escribir y terminar este episodio tan crucial. En serio estoy al borde de las lágrimas, porque significa mucho para mí tras tanto tiempo y tantas cosas personales fuertísimas vividas, poder llegar al fin a estas instancias. Cuántas veces creí que no lo lograría, que dejaría el fic inconcluso y que jamás volvería a escribir. Pero aquí estoy, feliz como una perdiz y emocionada hasta las tutucas 😊

Desde ya les pido perdón por lo extenso que quedó, pero creo que ameritaba hacerlo así. Me dio muchísimo trabajo este cap, lo leí y releí tantas veces que seguro se me escaparon varios errores. Si encuentran alguno o se les hace confuso de leer, sepan disculpar la improlijidad.

Les hago un par de aclaraciones importantes: 1. Todo el capítulo, enterito, es un POV -como lo viene siendo todo el fic, en realidad- sólo que esta vez es de Darien. Y 2. Al final transcribo la última estrofa de la canción que le da título a esta historia, "Luna Extraña" de Alejandro y María Laura.

Bueno, sin más para comentar, les dejo leer el VEINTIOCHO en paz. Espero que lo disfruten!

Todos los personajes pertenecen a su autora Naoko Takeuchi, yo sólo los tomé prestados.

Abajo me despido,

Bell.-

.

.

.

:: Capítulo Veintiocho ::

Mi nombre es Darien Chiba. Tengo 26 años, soy el único hijo de Setsuna y Mamoru Chiba, las personas más increíbles y admirables que conozco. Los músicos más virtuosos y sensibles del mundo entero. Vivo solo en mi propio departamento desde hace alrededor un año -aunque durante un breve período mi amigo Neflyte convivió conmigo, hasta hace unos días que se mudó con su novia-. Trabajo medio tiempo en un estudio contable y hace unos meses retomé mis estudios universitarios. Si todo sale según mis planes, podré graduarme de contador a finales de este año.

Si bien tengo algunos amigos a quienes quiero mucho y suelo ver con cierta frecuencia, me defino como un sujeto bastante reservado, tiendo a ser algo solitario -mejor dicho casi ermitaño- y últimamente mi vida social no está siendo muy activa que digamos. Estoy demasiado enfocado en mi trabajo y mis estudios. Y también en tratar de replantearme algunas decisiones personales que tomé durante el año pasado y de cuyas consecuencias aún me arrepiento.

Esta tarde -un helado sábado de principios de enero- me encuentro en mi departamento -solo, por supuesto-. Acabo de tomar un largo baño caliente después de regresar de correr. Hace poco retomé esta actividad, salir a trotar, que siempre disfruté mucho y hacía años no realizaba. Lo cual me está haciendo muy bien, tanto física como mentalmente, pero sobre todo lo noto en mi cuerpo. Ya que después de haber estado bastante desanimado por ciertas cosas que me pasaron, bajé mucho peso -siempre tendí a perder el apetito cuando me deprimo-. Pero por suerte ya me estoy sintiendo mejor, he recuperado mi peso y ganado masa muscular. Aunque anímicamente sigo algo debilitado...

Después de haber terminado de vestirme y secar rápidamente mi cabello con una toalla, me dirijo a la cocina para poner agua a calentar y preparar un poco té. Mientras espero que esté listo, busco mi celular para revisarlo y para mi sorpresa me encuentro con unas cuantas llamadas perdidas de Kunzite, mi mejor amigo. Me llama mucho la atención, e incluso llega a preocuparme, que haya insistido tanto en comunicarse conmigo. Debe suceder algo en verdad urgente que necesita avisarme. Así que inmediatamente busco su número para llamarlo, pero antes de llegar a marcar entra una nueva llamada suya. Atiendo enseguida.

Luna ExtrañaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora