:: Capítulo Tres ::

536 43 0
                                    


Buenas noches querida gente del mio cuore! Cómo es que les va? Espero que muy bien :)

Tal y como les comenté a algunas de mis lectoras, llegué a terminar un nuevo cap de mi locurita para publicarlo el finde, así que aquí estoy dando acto de presencia y cumpliendo con mi promesa.

Hoy comparto con uds un episodio que, si bien me dio un poco de trabajo, me resultó bastante divertido de escribir. En esta ocasión vamos a ver cómo de a poco se siguen acercando nuestros adorados protagonistas y también conoceremos alguito más de las 'loquillas' amigas de Serena. Así que espero que les guste y les resulte entretenido :)

Sin más lxs invito a leer el TRES en paz y les pido, como siempre, que no dejen de contarme qué les pareció!

Todos los personajes pertenecen a su autora Naoko Takeuchi, yo sólo los tomé prestados.

Abajo me despido,

Bell.-

.

.

.

:: Capítulo Tres ::

Durante las siguientes semanas me dediqué a realizar una exhaustiva y furiosa búsqueda de trabajo. Después de tanto tiempo de encierro y depresión, gracias al incondicional apoyo de mis mejores amigas volvía a estar tan animada y de buen humor como hacía mucho no me pasaba.

Me sentía plena, llena de energías, capaz de llevarme el mundo por delante sin nada que me detuviera. Y estaba absolutamente convencida de que iba a encontrar un empleo tanto o más apasionante que el que perdí, no tenía ni la menor duda.

Envié cientos de currículums, asistí a muchísimas entrevistas, llené infinidad de formularios y solicitudes, todo en lugares que valieran la pena, claro. Sin embargo los días pasaban y nada parecía resultar como esperaba. Las únicas respuestas que recibía eran de agradecimiento y buenos deseos, pero nadie se dignaba a contratarme. Igualmente no pensaba rendirme ni decepcionarme tan pronto, tenía la total convicción y seguridad de que tarde o temprano encontraría lo que buscaba.

Además, si bien mi prioridad y principal objetivo en este momento de mi vida era solucionar mis problemas laborales, había también otro motivo muy particular para mi tan espléndido y radiante estado de ánimo. Ese especial motivo era una interesante y misteriosa personita que había conocido hacía muy poco, nada más y nada menos que mi adorado y nuevo vecino.

No podía negar que desde el día que lo conocí, aunque todavía no lo había vuelto a ver, no dejé de pensar en él ni por un segundo. Porque me había cautivado desde el primer momento, con esa manera tan dulce y gentil de hablarme, de sonreírme, de mirarme con esos ojos tan preciosos y encantadores... Ni qué decir de cuando me regaló el chocolate para disculparse por la confusión con las locas de mis amigas y me trató con tanta amabilidad... Lo adoré, definitivamente adoré a ese chico al instante.

Si bien aún no llegaba a conocerlo demasiado, era capaz de admitir que estaba más que fascinada con él. Tanto así que hasta sentía las típicas mariposas en el estómago cada vez que lo recordaba o me reía sola como tonta cuando pensaba en su hermosa sonrisa o cada noche dormía abrazada a mi almohada imaginándome que era él.

Sí, sí, sí. Lo reconocía sin titubear. Me había convertido en una empalagosa y ridícula adolescente enamorada. Pero estaba más que conforme y contenta con eso, con poder sentir todas estas cosas después de mucho tiempo que no me fijaba ni interesaba por nadie. Y quería dar rienda suelta a estas emociones sin preocuparme ni pensar en las consecuencias, porque me sentía revitalizada, entusiasmada, simplemente feliz.

Luna ExtrañaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora