:: Capítulo Veintidós ::

312 37 40
                                    


Buenas noches mis queridísimxs lectorxs! Tanto tiempo sin leernos!

Aquí estoy de regreso después de algunas crisis -y en medio de una pandemia, ni más ni menos- con un nuevo capítulo de esta adorada y eterna locura mía. En esta ocasión lo que escribí quedó demasiaaaaaaado extenso para mi gusto, así que decidí dividirlo en dos. Por lo tanto a continuación leerán lo que quedó del capítulo 22 y mañana -o a más tardar el viernes- probablemente publique lo que resultó en el capítulo 23.

Bueno, sin más para decir por ahora, les invito a leer el VEINTIDÓS en paz y espero que me cuenten qué les pareció en los reviews.

Todos los personajes pertenecen a su autora Naoko Takeuchi, yo sólo los tomé prestados.

Abajo me despido,

Bell.-

.

.

.

:: Capítulo Veintidós ::

Desperté asustada por el sonido del fuerte viento que se había levantado afuera. Parecía que una nueva tormenta se aproximaba. Odiaba las tormentas, siempre las odié, más precisamente los truenos. Y esperaba que esta noche no fueran tan estruendosos. Me alivió el hecho de que la habitación no estuviera a oscuras por completo, ya que la luz que provenía del pasillo iluminaba un poco. Bostecé largamente, me cubrí mejor con las cobijas y pude volver a relajarme.

Hasta que de repente escuché el fuerte ruido de un trueno afuera y grité del terrible susto que me di. En efecto había comenzado a llover torrencialmente y otra vez estaba muerta de miedo. Me hice un ovillito en medio de la cama y me tapé hasta la cabeza con las mantas. Mientras afuera la tormenta y los truenos eran cada vez más intensos y yo estaba más aterrada, fui escabulléndome bajo las sábanas hasta alcanzarlo y acurrucarme junto a él.

Darien dormía de espaldas a mí y yo me acerqué lo más que pude para luego apoyar mi mejilla sobre su piel. Adoraba su espalda, al estar tan cerca podía oír con mucha claridad los pausados latidos de su corazón y percibir el ritmo de su profunda respiración y eso me tranquilizaba tanto... Comencé a acariciarlo con suavidad mientras le daba cortos besos en los hombros. Hasta que se movió un poco al sentirme, aparentemente empezaba a despertarse.

—¿Qué sucede? —susurró somnoliento.

—La tormenta me asusta...

—¿Le temes a los truenos? —preguntó al girar hacia mí. Yo asentí haciendo pucheros y él enseguida me abrazó—. Tranquila, ya va a pasar. Trata de volver a dormir.

—Pero tengo miedo —dije acurrucándome contra su pecho.

Él acariciaba mi cabello con suavidad. —No temas, estoy aquí —susurró mientras besaba mi frente—, yo cuidaré de ti, hoy y siempre.

—¿Lo prometes?

—Lo juro —respondió seguro—. Lo único que quiero es tenerte conmigo. No permitiré que volvamos a separarnos nunca más.

Suspiré aliviada. Me sentía tan contenida, comprendida, en paz... —Eres muy sobreprotector, ¿sabes? —dije riendo.

Darien también rió. —¿Te molesta?

—No —respondí al mirarlo—, me encanta... —le di un beso en los labios y después de volver a refugiar mi rostro en su pecho nos quedamos callados.

Luna ExtrañaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora